Hoy asistimos a una fuerte y masiva participación del movimiento feminista, que interpela a los gobiernos de turno con demandas de acciones concretas para remover el sistema de desigualdad. 

La demanda por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, las denuncias por femicidios y la exigencia de una Educación Sexual Integral (ESI) son algunas de las consignas que ocupan la calle y se han instalado en el debate público. Gracias a ello, los delitos sexuales tienen cada vez más visibilidad —se trata de prácticas extendidas en el tiempo con altos niveles de impunidad— evidenciándose la configuración patriarcal —simbólica y material— en los cuerpos de las mujeres. El dominio masculino ejemplificado una vez más en los cuerpos interpela al sistema judicial, que no puede resistirse a las impugnaciones del movimiento de mujeres y su reclamo de justicia ante el ultraje histórico. 

Pero, ¿cómo debe ser esa justicia? ¿Qué contención tienen las mujeres que son objeto de la violencia sexual por parte del sistema judicial? ¿Cómo se expresa hoy la violencia sexual? ¿Son los castigos una forma de avanzar en la erradicación de la violencia de género? Y si llegara a ser así, ¿cuáles serían los más pertinentes? ¿Son los agresores sexuales victimarios o también víctimas? ¿Se trata de reproductores del sistema patriarcal? ¿Cómo explicamos la arbitrariedad de los jueces a lo hora de impartir condenas? Estas son algunas de las preguntas que propone el nuevo Círculo de Estudio. 

Organización: Melina Pagnone y Catalina Arango, doctorandas del IDAES y trabajadoras de la Dirección de Género y Diversidad Sexual de la Secretaría Académica de UNSAM, y miembros de la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM).

#idaes20años, Círculo de Estudios, IDAES