Gente de Humanidades, Micrositios
En el marco de la presentación del libro conversamos con Martín Bergel acerca de lo alcances de una publicación que ofrece un abordaje que examina diversas situaciones en los que intelectuales y dirigentes de la Reforma viajan a través del continente llevando consigo las insignias del proceso iniciado en suelo cordobés.
La Reforma Universitaria que estalla en Córdoba en 1918 tuvo una enorme repercusión en América Latina. Pocos años después, había movimientos reformistas, intelectuales y revistas que la reivindicaban en numerosas ciudades del continente. Pero esa capacidad expansiva no ha sido suficientemente explicada por la historiografía. El volumen Los viajes latinoamericanos de la Reforma Universitaria, compilado por Martín Bergel a fines del año pasado dentro de la colección “Dimensiones del reformismo universitario” de la Universidad Nacional de Rosario, se propone saldar una parte de ese vacío historiográfico a partir de considerar una modalidad de peso en ese proceso expansivo: precisamente, la del viaje. El libro incluye artículos de destacados investigadores como Jorge Myers, Juan Suriano, Silvina Cormick, Pablo Stefanoni, Michael Goebel, Gustavo Sorá, Carlos Suárez, Manuel Muñiz, Alejandra Mailhe y el propio Bergel.
En la introducción al libro se citan tres reflexiones, le pregunto en relación a ellas y pensando el recorrido realizado desde la Reforma hasta la universidad actual, ¿cuál es el secreto de la transformación en la vida universitaria y cuál es la utopía -si la hubiera- que enfrenta hoy?
Las tres citas-epígrafes del comienzo del libro, de Deodoro Roca, Gabriel del Mazo y Pedro Henríquez Ureña, tres figuras estelares de la generación reformista, dejan entrever un rasgo central del proceso de la Reforma: el hecho de que se haya “salido de cauce”, de que haya muy pronto dejado de ser un evento meramente universitario, para derramarse sobre la sociedad, y aún más allá. Puesto que lo que estudia el libro, a partir de diez estudios de caso, son los modos en que la reforma cordobesa de 1918 se dispara en innumerables direcciones, geográficas y sociales. De allí que pueda decirse que pocos acontecimientos de la historia política y cultural latinoamericana del siglo XX tuvieron una resonancia similar a escala latinoamericana (quizás sólo la Revolución Cubana es comparable en ese sentido). Ahora bien, el libro se adentra a ese fenómeno a partir de una práctica singular, que resulta un mecanismo crucial en esa expansión continental: la del viaje.
¿Cuál era el imaginario y el espíritu de la Reforma y cuáles fueron los distintos escenarios que alcanzó?
La Reforma se auto-representa en términos de ruptura y de novedad, expresadas bajo el sintagma de una “nueva generación”. Esa dimensión está muy presente en los floridos textos reformistas, teñidos por las filosofías de cuño vitalista que estaban en boga en la época. Pero, nuevamente, esa retórica del exceso y del desborde de los textos reformistas no alcanza a explicar cómo se produce la expansión de la Reforma a nivel continental. Y la historiografía sobre el proceso reformista tradicionalmente había permanecido en ese nivel textualista o de una historia de las ideas sin más. El aporte que trata de hacer el libro es el de inventariar una serie de casos en los que un abanico de viajeros expande en sus propios desplazamientos, en su propia corporalidad -una corporalidad que mediatiza ese imaginario y ese espíritu por los que preguntabas-, la Reforma.
La Reforma tuvo eco continental especialmente se nombra sus alcances en Buenos Aires, México, Lima y la Habana, por qué se destacan estos espacios, cuáles eran las transformaciones políticas que permitieron ser atravesadas por el espíritu de la Reforma.
Las situaciones variaban de acuerdo a los contextos políticos -represivos en el caso de Perú y la Cuba de Machado luego de 1925. Pero en todas partes se constituye un movimiento estudiantil de rasgos novedosos, con repertorios de prácticas bastante radicales en algunos casos, y con una preocupación común por vincularse al mundo obrero. Este nuevo sujeto, en la coyuntura posterior a la Primera Guerra y a la Revolución Rusa, va a asumirse como parte integrante de los “tiempos nuevos” (según el título de un libro de José Ingenieros, considerado maestro por estos estratos juveniles).
¿Cómo se manifestaron las tensiones y las afinidades entre las diferentes culturas e intelectuales que conformaron los vínculos de esta red?
Por un lado, los viajes son parte constituyente del tejido de la comunidad que se siente parte de la apuesta reformista. Y esa comunidad va a compartir notablemente un lenguaje, y algunas señas de identidad compartida. Lo interesante es como esos elementos y referencias compartidas se detectan tanto en La Habana y Lima como en Buenos Aires o Santiago de Chile. Por cierto, además de los viajes otras prácticas -como la factura de revistas localizadas en ciudades pero construidas con aportes de toda la red- tienen impacto en la creación de esa comunidad. Pero, de otro lado, habrá tensiones, algunas ideológicas, y otras surgidas a partir del propio éxito del movimiento. Cuando surjan entidades que se propongan hegemonizar la caja de resonancia de la Reforma, como el APRA, sobrevienen esas disputas por ocupar posiciones de liderazgo. Las rupturas de Haya de la Torre con Julio Antonio Mella y con el uruguayo Carlos Quijano, e incluso con el propio Mariátegui, deben ubicarse dentro de esa dinámica.
Se refiere al viaje entendido como una pluralidad de sentidos, ¿alguno de ellos tuvo prioridad en el entramado y la lógica buscada por el libro?
El libro no busca proponer un único modelo de viaje posible, y así tenemos el de resonancias espirituales que estudia Alejandra Mailhe para el caso de José Vasconcelos, los viajes de esa “compañera de ruta” de los reformistas que fue la chilena Gabriela Mistral (en el capítulo de Silvina Cormick), los viajes y las estadías del humanismo americanista de Pedro Henríquez Ureña que reconstruye Jorge Myers, o las derivas del reformista platease Arnaldo Orfila Reynal hasta su actividad como editor en México que aborda Gustavo Sorá. No obstante, hay una serie de rasgos comunes que configuran una matriz plausible de ser nombrada como “viaje reformista”, y puntuada por una serie de eventos (que se observan también en otros viajeros culturales del momento) como la conferencia, los rituales de confraternización entre entidades estudiantiles, las performances americanistas, etc.
¿Cuál es el viaje que le permitió desnaturalizar o desandar sus propios conceptos acerca del alcance de este tejido continental?
No sé si me permitió desnaturalizar una idea previa, pero el capítulo de Michael Goebel, referido a los estudiantes reformistas latinoamericanos en París, permite apreciar que el de la Reforma fue un proceso no solo latinoamericano, como habitualmente se considera, sino que precisamente a partir de los viajes y estadías de jóvenes provenientes de distintas ciudades del continente llegó a tener presencia en la escena parisina. Como recuerdan otros artículos, como los de Jorge Myers y Gustavo Sorá, uno de los hitos del proceso reformista, el Congreso Internacional de Estudiantes que se lleva a cabo en México en 1921, contó con la presencia de delegaciones de países como Estados Unidos, China y Japón. Y es que sobre todo en sus primeros años la Reforma nacida en Córdoba se sintió con ímpetu suficiente como para imaginarse vehículo de una verdadera Internacional de estudiantes de todo el globo.
Martín Bergel (Buenos Aires, 1973). Doctor en Historia por la Universidad de Buenos Aires y Profesor de Historia Social Latinoamericana en la misma universidad. Es profesor de la Escuela de Humanidades de la UNSAM, investigador del CONICET, y del Centro de Historia Intelectual de la Universidad de Quilmes. Ha sido becario del DAAD alemán e investigador visitante en la Universidad de Harvard, además de profesor visitante en la Fundacao Getulio Vargas (Río de Janeiro) y la Universidad de San Pablo. Publicó El Oriente desplazado. Los intelectuales y los orígenes del tercermundismo Argentina, en 2015, y numerosos ensayos en libros y revistas especializadas de varios países.
Fecha y hora: 12 de abril, 18:30 h
Lugar: Av. Presidente Roque Sáenz Peña 832 – Piso 4º (CABA)
Contacto: cel@unsam.edu.ar
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