El célebre dramaturgo y director de teatro argentino recibió en el Teatro Tornavía del Campus Miguelete el título de doctor Honoris Causa de la UNSAM. Participaron de la ceremonia el rector Carlos Greco y el actor y dramaturgo Rafael Spregelburd, quien brindó la tradicional laudatio.
“Esta tradición del Honoris Causa tiene como sentido distinguir a los maestros de maestros. Queremos que Mauricio Kartun se convierta en un faro para que nuestros/as estudiantes, investigadores/as y artistas se iluminen con su legado vivo”, expresó el rector Carlos Greco al inicio de la ceremonia.
Por su parte, el actor, dramaturgo y director de teatro Rafael Spregelburd, quien definió a Kartun como su “gran maestro”, destacó el reconocimiento como “un acto de justicia y cariño”. “¿De qué otra forma lícita se hace un artista doctor si no es a través de este milagro del Honoris Causa? Esta decisión implica sumar los motivos que hacen al honor, evaluar la suma de méritos y reconocer sin titubear que este escritor, director, poeta y artesano merece un sitio destacado en la cultura del saber”, manifestó.
Muy emocionado, Spregelburd concluyó: “Kartun ha regalado vida a un sinnúmero de autores. Espero que mi voz vacilante de emoción sirva de medio para que en ella resuenen las otras voces de sus estudiantes, colegas y amigos”.
La “tornavida” del artista
“Este Honoris Causa está cargado de coincidencias, en principio porque soy de San Martín y mi madre me quería doctor”, bromeó Kartun al inicio de su exposición, a la que definió como “un simple relato” de su niñez y adolescencia, cuando recorría el distrito bonaerense y deambulaba entre cines, libros y trenes.
El homenajeado contó que su padre trabajaba como vendedor de papas y cereales, los cuales llegaban a San Martín en trenes cargueros. “Así fue como conocimos con mi hermano las playas del ferrocarril donde ahora está instalada esta universidad. Por eso, la UNSAM y mi historia están vinculadas de una manera directa”, expresó.
Durante su relato, Kartun se reconoció como un muy mal estudiante en la escuela, pero como un gran lector adolescente. “En mis frecuentes rateadas escolares solía ir al cine del barrio, pero como la sala abría a las 15 y la escuela empezaba a las 13, durante dos horas tenía que esconderme. Para que no me vieran, me la pasaba leyendo en las playas de ferrocarril. En esas playas había un lugar especialmente atractivo: el Tornavía. El Tornavía es para mí un Tornavida”, confesó.
Más tarde, el dramaturgo recordó a un profesor de italiano que, al observar su pobre desempeño en la materia, le propuso: “Kartun, yo sé que usted le gusta leer. Si no jode, lea”. “Yo leía mucho en su clase y un día no tuve qué leer y me puse a escribir. Ahí comencé a sentir un placer y una creatividad extraordinarios. Descubrí que la creación se magnifica y aprovecha no en el tiempo útil, tampoco en el tiempo libre, sino en el tiempo liberado”, expresó.
Por último, recordó su trayectoria como docente de artistas y concluyó: “Otra coincidencia es que, después de 25 años de trabajo como profesor en la academia, hoy recibo este doctorado Honoris Causa y mañana cobro, por primera vez en mi vida, la jubilación”.
La ceremonia contó con la participación de estudiantes de primero y tercer año de la Licenciatura en Artes Escénicas Focalización Artes Circenses del Instituto de Artes Mauricio Kagel (IAMK), quienes interpretaron “Vitruvio”, fragmento de la obra Leonardo. Trabajo Práctico N.º1.