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El equipo docente de la materia Química General (ECyT) y el Programa de Mejoramiento de la Enseñanza de la UNSAM presentaron en julio los resultados de una experiencia piloto que logró mejorar el rendimiento estudiantil en todas las etapas de la cursada.
¿Qué podemos hacer desde las aulas para que más estudiantes aprendan? ¿Cómo lograr aprendizajes profundos e integrados en todos nuestros estudiantes? ¿Cómo generar experiencias de aprendizaje inclusivas y potenciadoras? Estas son algunas de las inquietudes que el PME y la ECyT analizan desde 2011 a través de los Proyectos de Mejora de la Enseñanza, los cuales apuntan al diseño conjunto de soluciones para los problemas que originan el bajo rendimiento académico y la retención de materias.
En ese marco se propuso un proyecto de rediseño pedagógico para la materia Química General del ciclo básico de la Escuela de Ciencia y Tecnología (ECyT) que incorporó el enfoque de la diversidad para la inclusión.
Tras la experiencia de cursada, los equipos docentes de la materia y del Programa de Mejora de la Enseñanza (PME) de la Secretaría Académica presentaron un informe conjunto a un grupo interdisciplinario de docentes de la UNSAM.
El diagnóstico
Los primeros problemas identificados tienen que ver con la compartimentalización y superficialidad de los aprendizajes, el bajo compromiso con las asignaturas y la poca asistencia a clase.
La propuesta: El rediseño pedagógico
En función de ese diagnóstico se llevó adelante una propuesta de materia que se implementó en el primer cuatrimestre de 2018 en dos comisiones piloto, una por la mañana y otra por la noche. Durante siete meses, un grupo de docentes y especialistas del PME redefinieron los objetivos de la materia, seleccionaron y reorganizaron los contenidos, diseñaron nuevas experiencias de aprendizaje y sus materiales didácticos y modificaron la propuesta de evaluación.
Los resultados
Por demás alentadores: tanto en la comisión matutina —que inició con 86 estudiantes— como en la nocturna —que inició con 64— aumentaron sustancialmente las tasas de aprobación con un 87 % y un 90 % de completado de la cursada en ambos turnos respectivamente. También hubo una mejora sustancial en términos de retención de los estudiantes: 75 % para el turno mañana y 71 % para el turno noche. Además, aumentaron tanto la cantidad de estudiantes que aprobó la materia con notas altas como la asistencia de los estudiantes a clase y su permanencia. Asimismo, la calidad de los aprendizajes y su articulación mejoró notablemente.
Las líneas de trabajo
En primer lugar, se buscó identificar las características de los estudiantes ingresantes para guiarlos en su construcción como estudiantes universitarios: despertar su interés, construir su compromiso, guiar su actividad y construir su autonomía. Así, por ejemplo, se duplicó la cantidad de parciales (de dos a cuatro) para generar un hábito de estudio sistemático y gradual sobre conocimientos que son necesarios para comprender los que siguen.
En segundo lugar, se buscó explicar que no todos los estudiantes aprenden igual y que no todos los saberes, habilidades y disposiciones pueden ser enseñados de la misma forma. La diversidad en las prácticas de enseñanza permite formas variadas, sucesivas y complementarias de aprender, lo que posibilita que una mayor cantidad de estudiantes pueda asimilar cada contenido desde distintas perspectivas y de manera más profunda. La diversificación en la enseñanza condujo, a su vez, a diversificar las estrategias y las instancias de evaluación, lo que no solo impactó en la calidad de los aprendizajes, sino también en la propia construcción de buenos hábitos de estudio y autonomía.
En tercer lugar, se integraron los espacios de teoría y de práctica entre sí y con los laboratorios y se propusieron actividades de integración continua de los contenidos. Además se alentó el trabajo en equipo, tanto en la labor docente como en el trabajo de los estudiantes en el aula. Para ello se diseñaron estrategias de trabajo cooperativo en el aula —la resolución de los problemas de las guías, por ejemplo, se abordó a través del trabajo en pequeños grupos—. Durante dicho proceso, los docentes apoyaron el trabajo de cada grupo de manera más personalizada.
En consonancia con las decisiones y prácticas académicas que hoy la UNSAM ofrece a los estudiantes, esta iniciativa buscó generar experiencias de aprendizaje inclusivas y potenciadoras del conocimiento.