Tras las presentaciones de Lucía Vincent, secretaria académica de la EPyG, y del coordinador académico de la Maestría en Análisis, Derecho y Gestión Electoral, Carlos Varetto, Flavia Freidenberg expuso su trabajo titulado “Calidad de las elecciones en América Latina”.

Basada en la pregunta “¿qué es una buena elección?”, la exposición abordó los siguientes ejes: el problema teórico-metodológico, la investigación a través de distintos casos de estudio y los hallazgos preliminares. Asimismo, Freidenberg analizó los desafíos metodológicos para futuras investigaciones.

La especialista sostuvo que son cuatro los problemas que dificultan la calidad electoral en América Latina: primero, la ocurrencia de elecciones en un contexto de bajas capacidades estatales; segundo, la realidad de la “cancha inclinada”; tercero, la existencia de malas prácticas o delitos electorales; cuarto, la falta de capacitación y la partidización de los órganos electorales.

Según Freidenberg, una buena elección es la que satisface tres condiciones: respeta los estándares internacionales de integridad electoral (el proceso), garantiza el ejercicio de una serie de derechos políticos electorales (el contenido) y satisface las expectativas de la ciudadanía respecto del modo en que se organizan las elecciones y se consiguen sus objetivos (los resultados). En este sentido, y luego de ahondar en experiencias y casos de estudio específicos, la politóloga sostuvo que los informes electorales que realiza la Organización de los Estados Americanos (OEA) sirven para la obtención de datos, por lo que destacó su importancia para la investigación académica.

Asimismo, la académica señaló que en la región existen una variedad de violaciones a los derechos sociales y políticos. Como ejemplo, citó el caso de Paraguay y las denominadas “encerronas” que sufren los sectores más vulnerables de la sociedad durante épocas electorales. También advirtió que, para poder llevar adelante un proceso electoral transparente, es menester una mayor tecnificación en el proceso.

Por último, Freidenberg consideró que es necesario hacer un enfoque y estudio de las malas prácticas para poder analizar estos problemas e identificó como desafío metodológico la construcción de un índice para medir “las buenas elecciones”.