Escuela de Economía y Negocios
El economista estadounidense es mundialmente reconocido por sus investigaciones sobre la teoría de juegos y la economía experimental. Entrevistado por la Escuela de Economía y Negocios, habló sobre cómo aplicó la teoría de juegos a los trasplantes de órganos.
Gracias al trabajo del economista Alvin E. Roth, profesor de Economía en la Universidad de Stanford, en 2012 se logró en Estados Unidos la cadena de donación más larga del mundo: 30 pacientes recibieron los riñones de 30 donantes desconocidos en un complicado proceso que duró cuatro meses e involucró 17 hospitales de 11 estados. Ese mismo año ganó el Premio Nobel de Economía junto con Lloyd Shapley por la teoría sobre la asignación estable y la práctica del diseño de mercados.
En 2016 visitó la Argentina para dar una conferencia sobre la donación de riñón emparejada y combinada en el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI). En el sistema diseñado por Roth (donación renal cruzada), parejas de donantes y receptores biológicamente incompatibles buscan a otra pareja en iguales condiciones para poder de realizar el intercambio de donantes y reducir, así, el tiempo de espera.
¿Alguna vez consideró que su trabajo e investigación sobre la teoría de juegos tendría tal impacto en el sistema médico y en la vida de las personas?
Siempre supuse que la teoría de juegos podría tener un impacto en la vida de las personas, pero cuando era un profesor joven ciertamente no imaginé el camino que recorrería mi trabajo.
¿Cómo llegó a pensar que el algoritmo de aceptación diferida sería útil para los sistemas de asignación en Nueva York y Boston?
Hay muchos mercados de asignación bilateral, pero no todos están en condiciones de beneficiarse de un intercambio como el que el algoritmo de aceptación diferida posibilita. Mi primer intento exitoso de diseño de mercado involucró al ente que regula el mercado de nuevos médicos en los Estados Unidos y se basa en la aceptación diferida.
¿Cuáles cree que son los futuros desafíos de la economía para disminuir la desigualdad social y dar mejores soluciones a problemas complejos?
Esa es una pregunta complicada. Parte de la respuesta es que los mismos mercados son instituciones humanas complejas y pueden tener vida propia. Tenemos que recordar siempre que los mercados son artefactos humanos: son herramientas que creamos para ayudarnos a coordinar, cooperar y competir. Cuando son disfuncionales, tenemos la responsabilidad de tratar de arreglarlos y hacer que funcionen mejor.