#OrgulloUNSAM, CAU, Notas de tapa
El Centro Asistencial Universitario de la UNSAM adquirió tecnología de captura de movimiento y puso en marcha un laboratorio pionero en el país. Además de promover nuevas investigaciones en el campo de la salud, la iniciativa amplía la oferta de servicios a la comunidad.
Por Alejandro Zamponi | Fotos: Leandro Martínez, Alejandro Zamponi y Pablo Carrera Oser
Un atleta pedalea con todas sus fuerzas en una bicicleta de alta competencia fijada al piso. Mientras su respiración se propaga por la sala y el sudor resbala por los parches que lleva pegados en sus hombros, brazos y piernas, un hombre de guardapolvo monitorea una serie de puntos y líneas que fluctúa al ritmo del ciclista: “Seguí, seguí, que vamos en buen proceso”.
Estamos en el flamante laboratorio del Centro Asistencial Universitario (CAU) de la UNSAM, el único espacio universitario del país dedicado al análisis funcional de la biomecánica y el movimiento humanos. El profesional es Gustavo Represas, director del laboratorio y doctor especializado en conceptos de biomecánica aplicada al deporte de alto rendimiento.
Amuradas a las paredes, alrededor del ciclista hay diez cámaras infrarrojas. Así ubicadas, detectan los “marcadores de posición”, unos parches reflectantes que el ciclista lleva pegados en el cuerpo en forma simétrica. Gracias a este equipamiento, hoy es posible construir en el CAU modelos digitales del movimiento. “Hasta ahora, esta tecnología era exclusiva para deportistas de alto rendimiento y personas en rehabilitación. Con esta iniciativa, se amplía el número de beneficiarios”, asegura Represas.
Ana Paula Toscano es alumna avanzada de la Licenciatura en Educación Física, carrera que Represas dirige en el Instituto de Ciencias de la Rehabilitación y el Movimiento (ICRyM) de la UNSAM. “Mi trabajo final es sobre la historia del análisis del rendimiento. Me interesa ver cómo el rendimiento era analizado antes de que esta tecnología existiera”, cuenta Toscano mientras asiste a Represas en el monitoreo.
El ciclista detiene su carrera y se refresca. Mientras tanto, Toscano gira el ángulo de observación del modelo en tres dimensiones, que puede ser desde arriba, desde abajo o desde el ángulo que se desee. “El software que utilizamos es maravilloso: los movimientos son captados simultáneamente por todas las cámaras y pueden observase con la perspectiva que uno quiera en tiempo real. Además, tenemos filmadoras comunes que sirven para controlar el modelo 3D”, explica la estudiante.
El laboratorio cuenta también con dos plataformas de fuerza, goniómetros, dinamómetros, sistemas de plantillas digitales y tres pantallas, entre otras herramientas diseñadas específicamente para el sistema de captura de movimiento.
“Esta tecnología nos provee datos con alta precisión a partir de los cuales podemos crear modelos de gestos adecuados y ajustar los movimientos. Así sabemos, por ejemplo, cuál es la distancia ideal que tiene que haber entre el asiento del ciclista y los pedales, o qué tan inclinado tiene que estar su torso y su cabeza para ganar velocidad. A veces, basta con mover un centímetro el asiento para mejorar el rendimiento”, detalla Represas.
El especialista en biomecánica sabe de lo que habla. Con una maestría y un doctorado en Alto Rendimiento Deportivo de la Univesidad Autónoma de Madrid y la Universidad de Castilla, Represas dirige el Laboratorio de Biomecánica del Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CENARD), donde trabaja desde 1992 con deportistas de alto rendimiento que representan al país en competencias internacionales.
Consultado acerca de esta inciativa en la UNSAM, Represas plantea que el ambiente de la Universidad lo alienta a investigar. “El objetivo es ampliar los conocimientos disponibles en el campo, generar bases de datos y, al mismo tiempo, beneficiar a muchas personas. Este laboratorio es pionero en el país, nadie más lo hace”, amplía.
La evaluación de rendimiento puede ser de mucha utilidad a la hora de realizar análisis objetivos y cuantitativos, aplicables tanto a casos de rehabilitación de lesiones temporales o permanentes como al diagnóstico del rendimiento deportivo general. En cualquier caso, la metodología de trabajo demanda que la persona visite el laboratorio una vez por mes al menos una hora.
“¿Cómo seguimos?”, pregunta el ciclista. “Si salís a la ruta este fin de semana, probá de andar varios kilómetros con el asiento medio centímetro más arriba”, indica Represas. “En la próxima sesión, me contás si te sentiste más o menos eficiente y cómodo, y evaluamos qué ajustes habrá que hacer para aumentar tu rendimiento”.
En 2013, la UNSAM inauguró en el Campus Miguelete las instalaciones de 1200 metros cuadrados del CAU con tres objetivos centrales: permitir que los estudiantes del ICRyM hagan sus prácticas de formación en el mismo lugar en el que ejercen los docentes del Instituto; ofrecer asistencia médica a la comunidad en el área de rehabilitación y potenciar el desarrollo de investigaciones. Actualmente, el CAU recibe en promedio cien estudiantes y ofrece quince mil prestaciones por año.
“Estas cámaras provienen del Instituto de Biomecánica de Valencia (España) y vienen a completar la infraestructura de nuestro Centro, que, gracias a su enfoque interdisciplinario y al hecho de estar ubicado en el Campus Miguelete, va a poder aprovechar al máximo esta tecnología”, asegura el director del CAU y decano del ICRyM, Hugo Rodríguez Isarn. “En el país solo hay otros dos equipos similares a este, pero se utilizan para seguimiento deportivo de alto rendimiento o para rehabilitación. Nosostros utilizaremos esta tecnología para rehabilitación y rendimiento deportivo en general, no solamente de alto rendimiento, y para una tercera acción, que está poco desarrollada en el país: la de investigación de vanguardia en la temática”, añade.
Un referí de fútbol puede optimizar su rendimiento con distintas tecnologías: un aerosol para marcar la altura de formación de la barrera o cámaras para determinar qué tan lejos de la línea pasó una pelota, por ejemplo, pero también puede entrenar su visión periférica para no tener que detener el juego cada vez que necesite consultar una cámara. Ejercicios como este se podrán realizar en el nuevo laboratorio del CAU con la ayuda de profesionales de otras áreas del Centro (oftalmología, traumatología, kinesiología y nutrición, entre otras). El nuevo laboratorio cuenta además con una unidad móvil para realizar evaluaciones de rendimiento “en el campo”.
“El laboratorio cuenta con tres proyectos de investigación: dos son para pacientes con ataxia (una enfermedad neurológica asociada con la dificultad para coordinar movimientos) y el otro es para pacientes con párkinson”, detalla Luciano Viale, director médico del Centro. “Somos el único instituto universitario especializado en investigación clínica de la UNSAM. Cabe destacar que nuestra investigación se hace a partir de la atención de personas, con las complejidades que eso implica”, destaca el especialista en neurología, fisiatría y kinesiología del CAU.
Convencido de que el nuevo laboratorio de marcha potencia las actividades del Centro, Viale afirma: “Esta tecnología es una herramienta importante. Por ejemplo, en el CAU tenemos un laboratorio de ortesis y prótesis. Con esta nueva adquisición, los procesos de selección, diseño y adaptación de las prótesis van a dar un salto de calidad. Por otro lado, vamos a tener más elementos para planificar cirugías neuroortopédicas. Nuestro centro es joven, pero ya empieza a ser reconocido por los especialistas”, asegura Viale.
Estimado Gustavo Represas y equipo. Les deseo muchos exitos y me alegra que podamos contar con estos emprendimientos en nuestro pais. Gran abrazo. Dario Cappa.