Escuela de Economía y Negocios
La EEyN elaboró un informe en el que analiza el crecimiento de los países en desarrollo y la retracción de los países desarrollados. La publicación transita los cambios en la demografía y evalúa si la supremacía internacional de Estados Unidos está en disputa.
El Observatorio de la Economía Mundial, dirigido por el economista Jorge Remes Lenicov, elaboró un minucioso informe sobre los cambios en la geografía económica mundial. El trabajo señala que estas variaciones fueron “drásticas” y consigna que pueden resumirse en una escalada de posiciones de los países en desarrollo y la consecuente pérdida de participación de los países desarrollados.
Si se toma el PIB mundial medido en dólares corrientes, la diferencia se torna gráfica: en 1990, los países desarrollados representaban el 81, 3 % del PIB mundial en dólares corrientes; en el 2015, esta supremacía bajó al 60,8 %, tendencia explicada por el comportamiento de la Unión Europea y Japón.
Asimismo, si esa brecha se analiza a través del crecimiento mundial, se observa una convergencia entre los países desarrollados y los países en desarrollo. Entre 1990 y el 2015, el mundo creció 134 %, pero, mientras que los países desarrollados crecieron un 60 %, los países en desarrollo lo hicieron al 206 %.
La región con más alto crecimiento fue Asia, que, con China como líder, creció 520 %. América Latina se expandió 110 %, con una tasa de crecimiento solo mayor a la de Eurasia.
Hacia 1990, las cinco naciones más importantes por su PIB en dólares corrientes eran Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia e Italia. En apenas 25 años, el cambio ha sido muy fuerte: Estados Unidos sigue encabezando la lista, pero lo secunda China, que en los noventa ni siquiera aparecía listado.
Para los próximos 15 años, todo parece indicar que el tamaño de la economía china superará a la estadounidense, con una clase media asiática 10 veces mayor que la norteamericana y 8 veces superior a la europea. Esto es una buena noticia para países productores de alimentos como la Argentina y buena parte de los de América Latina.
Población
El informe del observatorio también destaca los cambios registrados en la demografía. Hoy, los países desarrollados cuentan con el 15,3 % de los habitantes del planeta, cuando en 1990 tenían el 18,2 %.
La tasa de crecimiento poblacional del mundo se está reduciendo y se prevé que esa tendencia seguirá en el futuro. A partir del 2020, se estima que será inferior al 1 %, algo que sucede desde el 2010 en los países desarrollados y que sucederá en los países en desarrollo desde el 2026.
El descenso del crecimiento de la población y su envejecimiento progresivo es un problema serio: provoca un debilitamiento de la demanda y un aumento del ahorro, lo cual dificulta estimular el crecimiento. Además, la menor cantidad de trabajadores disponibles genera problemas por el lado de la oferta y, para subsanarlo, deberá aumentarse la productividad de forma tal que se compense esa reducción.
Finalmente, desde el punto de vista financiero, frente al cambio de la relación entre la población activa y la pasiva, el sostenimiento de los jubilados se hará cada vez más difícil y demandará un esfuerzo mayor de la población activa.
El dominio de Estados Unidos
El informe analiza los procesos históricos y concluye que el dominio económico de Estados Unidos nunca fue absoluto. Entre 1920 y 1945, disputó y ganó la supremacía con Gran Bretaña. Entre 1946 y 1991, tuvo enfrente a la Unión Soviética. Desde los años setenta hasta nuestros días, Europa conformó la Unión Europea, cuya economía es similar en tamaño a la estadounidense. En los ochenta, apareció el fantasma de Japón, que muchos creyeron que desalojaría a Estados Unidos; en los noventa, comenzó a emerger China, cuyo volumen económico se está acercando al del país norteamericano.
Sin embargo, gracias a su PIB, el peso de las multinacionales y de las IED (inversiones extranjeras directas); el avance científico y tecnológico; el tamaño de sus empresas tecnológicas; el dólar como signo de referencia internacional; la clara dominación del sistema monetario, financiero y bursátil; y el funcionamiento y nivel de los servicios, Estados Unidos sigue ocupando un lugar central en la economía mundial. Todo esto acompañado por su categórico poder militar, que equivale al 50 % del gasto militar del mundo.
Las empresas tecnológicas de Estados Unidos tienen el 60 % de los usuarios de los medios de comunicación del mundo, el 91 % de los sistemas operativos disponibles y el 99 % de los usuarios de teléfonos inteligentes. Las empresas chinas están muy por detrás de las norteamericanas. Los fondos de inversión de estadounidenses manejan el 55 % de los activos mundiales.
A la luz de estos datos, el informe concluye que, si bien en algunos años China alcanzará a Estados Unidos en términos de PIB, eso no significa un reordenamiento automático del mundo. Deberán pasar varias décadas para que el país asiático se consolide y pueda superar el liderazgo mundial estadounidense.