El profesor de la Licenciatura en Historia de la Escuela, recientemente reconocido con el Premio Houssay 2015 del MINCYT, habla sobre la importancia del reconocimiento y analiza los desafíos en el campo de estudio de las ciencias sociales.
A través del Programa Nacional de Popularización de la Ciencia y la Innovación, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación seleccionó al profesor Ezequiel Adamovsky como uno de los ganadores de la edición 2015 de los Premios Houssay.
El doctor en Historia y profesor de la Licenciatura en Historia de la EH fue premiado por su trabajo en el campo de las ciencias sociales. Este reconocimiento, que evidencia la calidad del trabajo científico nacional, permitirá ampliar el campo de difusión de sus investigaciones, además de ser un incentivo para continuar con la producción y transferencia de conocimientos con impacto social.
En esta breve entrevista, Adamovsky habla sobre el reconocimiento obtenido y analiza el aporte cotidiano en el ámbito de la carrera que integra.
¿Qué significa este premio para usted?
Lo tomo como un gesto de reconocimiento de los colegas y, en este caso, también del Estado. Es un aliciente para seguir trabajando y, obviamente, me pone muy contento.
¿Cómo es su experiencia como docente e investigador de la Licenciatura en Historia de la EH, carrera que recién inicia?
Personalmente, estoy muy entusiasmado. Empezamos hace muy poco, primero con reuniones de trabajo con el equipo docente para preparar los contenidos de las primeras materias y, ya este año, con las clases. El programa es muy bueno y el grupo de docentes convocados es excelente. Es muy estimulante trabajar con ellos. Además, la primera cohorte de estudiantes está respondiendo muy bien y con gran entusiasmo. Es un grupo muy participativo y creo que de gran potencial. Tengo muchas expectativas por el trabajo que podamos hacer con ellos.
¿Cuál es el gran desafío de un investigador en el campo de las humanidades en nuestro país?
Creo que hay diversos perfiles de investigador y que cada uno puede plantearse desafíos diferentes y válidos. Para mí, el desafío es poder llevar adelante una investigación con todos los criterios de calidad académica, que a la vez esté en contacto con las preguntas que la sociedad se plantea en un momento político y cultural determinado. Me interesa cultivar un perfil de trabajo diferente al de la hiperespecialización hacia la que, por momentos, parece empujarnos el campo académico. Un perfil que habilite un aporte a la investigación pero también a la divulgación, a la docencia y a los debates políticos y culturales del país.
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