¿Cómo un discurso económico puede tomar valor social de verdad y transformarse en una premisa indiscutible, aun cuando entrañe en su lógica contradicciones que lo conducirán a una crisis inevitable? Ese es el punto nodal sobre el que gira La moneda imposible, el trabajo de Alexandre Roig presentado el último lunes durante el Ciclo de Seminarios Generales del IDAES. La investigación, disparada a partir de la caída de la convertibilidad a principios del 2002, se corre de la mirada economicista para intentar entender los regímenes monetarios como entramados simbólicos insertos en disputas por la legitimidad del saber.

En palabras de Ricardo Aronskind, la economía “ha sido empobrecida al infinito y ya no puede explicar la realidad”. Aun así, se presenta a sí misma como un disciplina netamente técnica y ascética, ubicada al margen de las contradicciones sociales. En ese proceso, el discurso económico se sirve de conceptos como la confianza para construir legitimidad en la opinión pública. De este modo, se construyó uno de los pilares simbólicos de la convertibilidad: que la única forma de detener la inflación era atar el tipo de cambio a una moneda “fuerte” en la que la población confiaba. Esa premisa tuvo otro componente esencial: la inflación era consignada como consecuencia exclusiva de la emisión monetaria cuando en realidad, explica Aronskind, “detrás de la inflación hay un proceso de puja distributiva” y “detrás del gasto público hay actores y demandas sociales”.

Un problema central en el que coincidieron Aronskind y Marcó del Pont es que gran parte de esas premisas discursivas que permitieron sostener el plan de convertibilidad aún siguen vigentes. En este sentido, la expresidenta del Banco Central aseguró que en la actualidad se mantiene la “inmovilidad de la clase política frente a lo que los economistas plantean como la única salida posible”. Y agregó que el libro de Roig permite “reivindicar algo que muchas veces los economistas olvidan: que la economía es una ciencia social y que requiere un abordaje interdisciplinario”.

Según el propio Roig, la intención de su trabajo fue dilucidar cómo se vincula un proceso simbólico-discursivo con un proceso político-económico. El decano del IDAES destacó que no se puede comprender la convertibilidad “sin entender que existieron procesos de sacralización que instauraron verdades que no se podían cuestionar”.

La moneda imposible. La convertibilidad argentina de 1991, de Alexandre Roig, fue publicado por Fondo de Cultura Económica.

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