Honoris Causa, Notas de tapa, Rectorado
El filósofo canadiense que participa de la edición 2016 de la Cátedra de Hermenéutica recibió el título de doctor Honoris Causa de la UNSAM. “Creo que la evolución de la transmisión del saber es abrumadora: la tarea del docente es ayudar a discernir lo que merece la pena ser leído”, sostuvo en el acto de entrega.
Por Magalí Fernández | Fotos: Pablo Carrera Oser
“Jean Grondin se ha convertido en el representante y genuino caracterizador del pensamiento hermenéutico”. Esas fueron las palabras con las que el doctor en Filosofía y docente de la UNSAM Alejandro Vigo inició la laudatio. En un repaso exhaustivo de la obra de Grondin, Vigo elogió el corpus total de sus publicaciones, cuyos postulados poseen “rasgos muy característicos de su estilo filosófico”.
El trabajo de Grondin en el campo de la hermenéutica parte de la universalidad del lenguaje interior. Según el filósofo, detrás de todo discurso, hay una comprensión interna que excede los límites del lenguaje exterior. Por su incitación a la reflexión sobre la universalidad del saber y la experiencia de sentido, la UNSAM decidió otorgarle el máximo reconocimiento académico.
En la apertura de la ceremonia, el rector Carlos Ruta expresó: “Se trata del mayor título que una universidad modesta y pequeña como la nuestra puede otorgar. En este caso, es un reconocimiento a la filosofía y a una obra, que, a quienes la hemos leído y estudiado, nos ha dejado algo”.
Tras recibir el título de manos del rector, el filósofo canadiense brindó la conferencia “Paradojas de la educación”, en la cual postuló la existencia de cuatro factores “absurdos” que envuelven a la educación: el mal llamado “éxito de la educación”, una idea que oculta el grado de utilidad de lo que se enseña; la noción de “excelencia”, que dictamina que “hay que ser los mejores” e interpone un vocabulario muy competitivo; la idea de la “transmisión”, a partir de la cual se asume que estamos en nueva época en la que la información es mucho más accesible, pero sin estar diferenciada por su valor o calidad; y el abandono del modelo “metafísico” de la educación, que proponía una formación basada en lo espiritual.
“Los especialistas deben transmitir su saber. El educador debe orientar al alumno sobre qué leer y debe brindar una guía sobre ese conocimiento. Hay una evolución de la transmisión del saber, y la tarea del docente es ayudar a discernir lo que merece la pena ser leído y estudiado por el alumno”, sostuvo el filósofo.
Sobre los desafíos de la educación y la accesibilidad del saber, Grondin expresó: “Si bien el profesor brinda solo su perspectiva, hoy hay nuevas disposiciones que amplían ese recorte con conferencias, cursos y clases en línea. Los contenidos circulan de otra manera. El hecho de que un curso pueda realizarse a distancia representa un desafío para las universidades y hace que los docentes arriesguen su manera de enseñar. Esta es la nueva paradoja del saber: que se volvió accesible. En lo personal, creo que hay demasiado contenido. En este sentido, la tarea del docente es ayudar a discernir lo que merece ser consultado por el estudiante”.
El encuentro finalizó con una presentación musical de la compositora y pianista argentina Carmen Baliero.
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