Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental
El 22 de febrero de 1904 nuestro país estableció en la Base Orcadas la primera población permanente en territorio antártico. A 112 años de aquel hito, el doctor Claudio Alberto Parica, profesor de Geología del Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental de la UNSAM analiza su importancia estratégica, política y científica.
Por Claudio Parica
Buenos Aires, enero 2 de 1904
En vista de la nota del jefe de la Oficina Meteorológica Argentina y de los demás antecedentes y documentos relativos al establecimiento de nuevas estaciones meteorológicas y magnéticas en los mares del Sur de la República, y CONSIDERANDO:
Que es de alta conveniencia científica y práctica extender a dichas regiones las observaciones que se hacen en la isla de Año Nuevo y en el Sur de la República,
El Presidente de la Nación Argentina, decreta:
Artículo 1º – Autorizase al Jefe de la Oficina Meteorológica Argentina para recibir la instalación ofrecida por el señor William S. Bruce en las islas Orcadas del Sur, y establecer un nuevo observatorio meteorológico y magnético en las mismas.
Artículo 2º – El personal se compondrá de los empleados que el Ministerio de Agricultura designe y de los que posteriormente puede suministrar el Ministerio de Marina.
Artículo 3º – Anualmente serán reemplazados dichos empleados por los que se designe para relevarlos y que conducirá un buque de la Armada.
Artículo 4º – La asignación de sueldo y viático para los que no lo tengan determinado por el Presupuesto, así como los demás gastos requeridos, serán determinados por el Ministerio de Agricultura e imputados al ítem correspondiente del Presupuesto General.
Artículo 5º – Comuníquese, publíquese y dése al Registro Nacional.
Julio Argentino Roca
Wenceslao Escalante
A través de este decreto, el Presidente Roca aceptó las instalaciones de la Base Orcadas que el expedicionario y pionero antártico escocés William Bruce había construido en la isla Laurie tras el naufragio de su barco, el Scotia, un año y medio antes. Este es el hecho fundacional que nos permite esgrimir con orgullo frente al mundo la larga trayectoria de nuestro país en el territorio antártico; que no ha sido sólo de presencia, sino también de desarrollo de actividades científicas tales como el geomagnetismo y la instalación de una estación meteorológica.
Un poco de historia
La Antártida fue oficialmente descubierta en 1820 por el capitán inglés William Smith, que tomó posesión en nombre del Rey Jorge I de Inglaterra, en la isla Livingston. Pero en realidad, el conocimiento de este territorio es anterior a ese descubrimiento, ya que los foqueros del Río de la Plata accedían desde tiempo antes para la caza de lobos de dos pelos, cuyas pieles eran muy cotizadas. Ingleses, norteamericanos, españoles, noruegos, neerlandeses y argentinos, los foqueros –que hacían escala en las Islas Malvinas para llegar a la Antártida- mantuvieron sus actividades en secreto para no develar la ubicación de aquel gran yacimiento peletero, por lo que la documentación de sus viajes es escasa.
Sin embargo, no se duda de que hayan conocido la región antes que Smith y existen referencias ciertas de que el buque argentino “San Juan Nepomuceno”, al mando del Capitán Carlos Timblón, comerciaba con cueros de focas peleteras antárticas en los años 1818-1820 y que el brick “Espíritu Santo”, también argentino, ya navegaba la región con anterioridad a 1819.
Desde 1904 hasta 1947, Orcadas fue la única base argentina con actividad. Y fue ese año, durante el gobierno de Juan Domingo Perón, que la Armada impulsó la creación de la segunda, la Base Melchior, ubicada en el Mar de Bellingshausen. Luego, en 1948, siguió el Destacamento Naval Decepción, en la isla homónima, que cuenta con dos hitos muy particulares: el capitán de Navío Isaac Francisco Rojas depositó un tubo con la declaración de derechos soberanos sobre el Territorio Antártico, y el 6 de marzo de 1961, el entonces presidente Arturo Frondizi emitió un discurso radial desde allí.
Desde entonces, Argentina continuó –tanto desde la Armada como desde las otras fuerzas- la instalación de bases con criterio geopolítico: en 1969, la Fuerza Aérea a instancias del vicecomodoro Gustavo Marambio, y entre 1984 y 2001 gracias a la gestión del doctor Carlos A. Rinaldi en el Instituto Antártico y la Dirección Nacional del Antártico, el país fue sumando aportes y esfuerzos, todos guiados por una comprensión clara de la importancia de la Antártida y con miras al futuro y la grandeza de la patria. Así se llegó a tener las 13 bases actuales, 6 de actividad permanente y siete temporaria.
Fue en particular con la conducción de Rinaldi que se profundizó un despliegue sustancial de grupos de científicos, realizando investigación y exploración de estos gélidos territorios sobre los que se conocía poco o directamente nada entonces. Estos son hitos que nuestro país no puede dejar de reconocer y que la historia seguramente dará el lugar que corresponde para su valoración por parte de las futuras generaciones.
El Tratado Antártico y el reclamo de soberanía
Firmado en Washington el 1 de Diciembre de 1959, el Tratado Antártico fue firmado por 12 países, llamados “los 12 apóstoles”: Argentina, Australia, Bélgica, Chile, Francia, Japón, Nueva Zelandia, Noruega,la Unióndel África del Sur,la Uniónde Repúblicas Socialistas Soviéticas, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y los Estados Unidos –a los que con el tiempo se fueron agregando otros-. Es un documento corto que establece la Antártida como tierra de paz, destinada a la ciencia y la cooperación internacional entre los países reclamantes de soberanía, que no fueron todos los firmantes sino sólo los que con anterioridad habían presentado el pedido: Argentina, Chile, Reino Unido, Noruega, Francia, Australia y Nueva Zelanda.
El reclamo argentino se basa en las proyecciones de su mínima y máxima longitud, permanencia formal ininterrumpida desde 1904 (islas Orcadas con el Observatorio Meteorológico, Sísmico y Magnetométrico), continuidad geográfica y geológica, presencia de los “foqueros del Río dela Platacon anterioridad al descubrimiento formal, rescates realizados de la Expedición de Otto Nordenskjöld, de ingleses enfermos en Fossil Bluff, distribución de bases permanentes y transitorias, denuncias por temas legales en los juzgados de Tierra del Fuego realizadas por extranjeros, expediciones al Polo Sur de Aviación Naval, Fuerza Aérea y del Ejército Argentino, y la actividad científica desarrollada a lo largo de más de un siglo.
Nuestro reclamo de soberanía está ligado también al reclamo permanente por la soberanía en las Islas Malvinas. Aunque son dos casos diferentes, ya que las islas son argentinas tanto por herencia de España (Tratado de Tordecillas), como por su ubicación geográfica (se encuentran en la plataforma submarina argentina), y porque la posesión por parte del Reino Unido en 1833 fue violenta e ilegítima. La confluencia además tiene que ver con la posición de privilegio de las Malvinas, en cercanía y como proyección territorial.
Sin embargo, se superpone con el de Chile y el del Reino Unido; países que esgrimen argumentos similares a los nuestros en el primer caso, y el descubrimiento formal llevado a cabo por William Smith y presencia histórica en el segundo.
El Instituto Antártico Argentino en la UNSAM
Desde mediados del 2015, el IAA funciona en el segundo y en el tercer piso del flamante Labo Cluster, que comparte con la Escuela de Ciencia y Tecnología. Ubicado entre los edificios del Centro de Atención Universitaria (CAU-ICR) y de Ciencias Sociales. Se trata de una construcción de 3.395 m2, de diseño moderno y equipada con la última tecnología
Las líneas de investigación que se desarrollan están vinculadas a diferentes disciplinas de Ciencias de la Tierra (Geología, Geofísica, Glaciología y Paleontología), Ciencias de la Vida (Ecología de comunidades planctónicas y bentónicas, Ictiología, Predadores tope, Microbiología y Ecotoxicología) y Ciencias Fisicoquímicas e Investigaciones ambientales (Oceanografía, Química Ambiental, Ciencias de la Atmósfera y Biología Costera).
Con el Instituto la UNSAM sigue afianzando su objetivo de convertirse en una universidad líder por sus investigaciones y por su área de innovación tecnológica.
Hola Bs Ns, mi nombre Carlos Ramon Lopez Falcon (Veterano Antártico, en Base Naval Orcadas, Invernada 1980/1981, como Jefe de Radiocomunicaciones), con domicilio actual en San Luis del Palmar – Provincia de Corrientes.
He recibido por intermedio de mi hija, Clara Alina Lopez, docente de esa Universidad, la nota del Dr Claudio Alberto Parica, y realmente me llegue a emocionar por todo lo que describe en la misma.
Feliz con que el Instituto Antártico Argentino, funcione en la UNSAM, donde cuenta con unas magnificas instalaciones para realizar todo los estudios relativos al GRAN CONTINENTE BLANCO.
Ya en la despedida, ruego a Dios Nuestro Señor que ilumine la mente de nuestros gobernantes para que no bajen los brazos en los pedidos de soberanía que legítimamente nos pertenecen.
Saludos a Uds. con mi mayor respeto y estima.
Carlos Ramon Lopez Falcon