Stelle integral está constituida por tres escenas que fueron desarrollándose como ejercicios sobre un mismo tema, la mirada en el cielo.

La primera, llamada Aquelarre, fue creada para el CH-Tanztheater de Zurich, Suiza, en 1988. La música de Cámara N° 1 de Paul Hindemith le confiere a su carácter agresivo, una suerte de ritual de furias saturnianas, un juego de dominación y posesión glamoroso e infernal.

Aquelarre fue también interpretado por Bat Dor de Tel Aviv, Israel en 1989.

La segunda escena, Pléyades, sobre la Pequeña Sinfonía Concertante del compositor suizo Frank Martin, combina el aspecto lírico y marcial de una hueste o armada celeste. “Y cuando, en el cielo anónimo, nos fijamos en una estrella, resplandece para nosotros, su fuego se rodea de un poco de llanto, una vida aérea viene a mitigar las penas de la tierra”.

Y por último, Stelle es un ejercicio sobre la aparente lentitud de las constelaciones, una suerte de meditación restauradora. “(…) imagen de los ojos cerrados, pura imagen del movimiento lento, tranquilo, celeste, del movimiento sin devenir y sin interrupción, extraño a todos los golpes del destino, a toda seducción de las metas.” Gastón Bachelard, en “El aire y los sueños”.

En su versión integral Stelle se presentó en el Teatro San Martín en 1991 y en el Finnish National Ballet en la Opera Nacional de Helsinky en 1992.

En su formato de instalación viva tuvo lugar en el Museo Nacional de Bellas Artes, en los jardines del Rosedal de Palermo, en la ciudad de Neuquén y en la Sala Franco Venturi del Centro de la Memoria Haroldo Conti.