Centro de las Artes UNSAM, home, Rectorado
La performer serbia dialogó con la directora del Centro de Arte Experimental, Andrea Giunta, frente a más de 500 seguidores e hizo un recorrido por distintos momentos de su trayectoria y por sus principales conceptos. Mirá las fotos acá.
Por Camila Flynn. Fotos: Pablo Carrera Oser / Carolina Benítez Dabat.
Minutos antes del encuentro inaugural de la Primera Bienal de Performance de Buenos Aires, un juego de luces estratégicamente direccionado atravesaba la nave principal del Centro de Arte Experimental de la UNSAM.
Reanimado desde el escenario por los colores primarios de la pureza y la pasión, el monumental edificio de Almagro que funcionó hasta 1990 como subestación de la Compañía Ítalo-Argentina de Electricidad abrió sus puertas a los más de 500 representantes de la cultura, artistas, curiosos y fanáticos. Se acercaron desde distintos puntos de la ciudad para experimentar el poder hipnótico, y a la vez inspirador, de la aclamada artista serbia Marina Abramović, en su primera visita al país.
“La Universidad no tiene que ver con sus profesores, sus edificios, sus carreras o los títulos que otorga, sino con una experiencia de transformación personal y comunitaria a través del conocimiento y, sobre todo, de la creación. Si sus alumnos, profesores, investigadores y autoridades no lo viven de esta manera, entonces fracasamos. Por eso estamos aquí, tratando de arriesgarlo todo, poniendo el cuerpo como lo hace Marina, como lo hacen ustedes”, dijo el rector de la UNSAM, Carlos Ruta, en la apertura de la jornada.
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