Boris Groys nació en 1947 en la República Democrática Alemana. Cuando terminó la secundaria, viajó a la entonces Unión Soviética y estudió en la Universidad de Leningrado, hoy San Petersburgo, filosofía y matemáticas. También fue miembro activo de los círculos no oficiales de intelectuales y artistas. Pero a los 34 años dio un giro de 180 grados y se instaló en la Alemania Federal.

Desde entonces, desarrolló una intensa vida académica en la Escuela Superior de Diseño de Karlsruhe que dirige Peter Sloterdijk, dirigió la Academia de Bellas Artes de Viena en 2001 y fue profesor invitado en distintas universidades de los Estados Unidos. A la par de su trabajo académico, Groys publicó ensayos fílmicos e instalaciones (como The Art Judgement Show o Thinking in Loop: Three Videos on Iconoclasm, Ritual, and Immortality, de la mano del ZKM, el Centro de Arte y Medios de Karlsruhe) y es un destacado curador de arte. De hecho, fue curador del Pabellón ruso de la Bienal de Venecia de 2011 y co-curador de la Bienal de Shanghái en 2012. Entre sus libros traducidos al castellano se destacan Sobre lo nuevo: ensayo de una economía cultural, Bajo sospecha: una fenomenología de los medios, Obra de arte total Stalin y Política de la inmortalidad. En 2014, la editorial Caja Negra publicó Volverse público. Las transformaciones del arte en el ágora contemporánea. En 2015, Cruce Casa Editora publicará La posdata comunista, un ensayo sobre la revolución comunista como transferencia de la sociedad desde el medio del dinero al medio de la lengua, una interpretación provocadora sobre el poder de la filosofía.

Hoy Groys es profesor de Estudios Rusos y Eslavos en la Universidad de Nueva York y es reconocido como uno de los pensadores más importantes en los debates contemporáneos sobre medios masivos de comunicación; por eso, en su primera visita a la Argentina invitado por la UNSAM, el Goethe-Institut y la Universidad Torcuato Di Tella, hablará de Internet, del nuevo espacio público digital, de la noción de libertad, de las guerras cibernéticas y del retorno de las religiones, de las relaciones entre el arte y la política, del arte como medio de verdad, y quizá dirá una vez más cosas así: “Hubo un momento en que la gente estaba interesada en cómo aparecían sus almas frente a Dios; hoy está más interesada en cómo aparece su cuerpo en el entorno político”, o “Facebook es un infierno de gente feliz observando a otra gente feliz”.

Estará el 16 de abril a las 17 en el Auditorio del IIB, donde presentará la conferencia “Las relaciones entre el arte y la política. Poder personal vs. poder institucional”, en diálogo con Claudio Ingerflom y Agustín Cosovschi. Actividad libre, gratuita y con traducción.