“Un doctorado honoris causa, el título más importante que una universidad puede dar, es siempre destacar una carrera, una biografía dedicada a un área del saber, del arte. Pero también es, sobre todo para una universidad como la nuestra, joven, un gesto hacia la sociedad entera, hacia nuestros estudiantes y profesores. Es un gesto que quiere remarcar, subrayar, como lo hicimos ya con Lolita (Aniyar de Castro), que también es honoris causa de la UNSAM, un horizonte de sentido, una dirección de pensamiento, el deseo de un compromiso con la sociedad como una manera de entender nuestros problemas. Nuestra universidad, con este acto, quisiera comprometer su tarea, su esfuerzo, para entender los problemas de nuestra sociedad, que giran en torno a esa disciplina que se llama criminología. El nudo de la cuestión que se agita en relación a estos problemas en definitiva no es otro que los derechos humanos. Sabemos que en ello siempre hay un horizonte que se aleja, porque siempre es posible conquistar más, avanzar más. Nuestro empeño, nuestro esfuerzo, debe ser por sostener esa vigilia en defensa de los derechos fundamentales de cada uno de los ciudadanos de nuestro continente, del mundo entero”.

Luego de la presentación del dúo de cello y piano Santucci-Más, integrado por Myriam Santucci y Javier Mas, el rector de la UNSAM, Carlos Ruta, dio inicio al acto de entrega del máximo título honorífico al criminólogo brasileño Nilo Batista, ex vicegobernador de Río de Janeiro.

En su discurso, Ruta también resaltó uno de los conceptos más importantes esbozados por el pensador alemán Karl Marx, el de la conciencia del hombre, determinada por las condiciones de vida: “Esta es la tarea fundamental de una universidad y de una comunidad universitaria: tratar de imaginar cómo podemos transformar las condiciones de vida de nuestro territorio, de nuestros hombres y mujeres, de nuestros jóvenes, porque esa es la única manera de transformar las conciencias, empoderarlas, hacerlas capaces de tomar en sus manos su propio destino”.

Tras la ponencia del Rector, el juez de la Corte Suprema de la Nación y director del Programa de Investigación en Criminología de la UNSAM, Raúl Zaffaroni, subió al escenario del Teatro Tornavía para pronunciar la tradicional laudatio en honor a Batista. El magistrado hizo un repaso de los méritos y la carrera profesional y académica del brasileño, y dijo: “Creo que todos los seres humanos somos polifacéticos y de alguna manera siempre nos presentamos como algo, profesor, cliente, abogado, etc. Sin embargo hay seres humanos que asumen todos los roles con una enorme naturalidad y que, además, brillan en todos; esto sólo lo pueden hacer algunas personalidades privilegiadas. A esta categoría pertenece Nilo Batista: es el jurista, el penalista, el criminólogo, el historiador, el sociólogo, el abogado, el profesor, el político, el escritor, el pensador y, por supuesto, el amigo”.

Además, Zaffaroni indicó: “Nilo teoriza con la libertad de quien sabe que debe pensar lo que nadie ha pensado y con frecuencia en una conversación deja caer las observaciones más luminosas. Mientras que en Río de Janeiro la tradición parece dividirse, desde hace muchas décadas, entre una corriente normativa y otra sociológica, él logra superar los tiempos y las viejas perspectivas: en Nilo opera una síntesis esclarecedora. En su pluma nunca hay desprecio por la técnica; por el contrario, es un excelente técnico y su rechazo es sólo a cierta aplicación que pretende pasar por alto las consecuencias reales y, sobre todo, olvidar los límites constitucionales”.

El acto finalizó con la conferencia de Nilo Batista “Dilemas de la política criminal latinoamericana”, durante la cual el penalista enumeró algunos de los problemas centrales que tiene que afrontar el continente: “Tenemos que salir de la pauta criminológica del FMI y dejar de permitir que los Estados Unidos controlen nuestras políticas de drogas”. También destacó que le resulta preocupante cuando en un país las escuelas y los hospitales están pobres y las fuerzas policiales, muy equipadas; la cantidad de cientistas políticos que no pueden ver las causas del crimen; y que la concepción generalizada reduzca la política criminal a la eficiencia de los sistema penales porque eso crea problemas.

Presentación del Manual de Criminología Sociopolítica

Antes de la entrega del doctor honoris causa a Batista, la criminóloga venezolana Lola Aniyar de Castro y el abogado Rodrigo Codino presentaron su libro Manual de Criminología Sociopolítica. En una mesa de la que también formaron parte Hector Mazzei, secretario de Legal y Técnica de la Universidad, y el fiscal Alejandro Alagia, Codino habló sobre las política criminales, regresivas y violatorias que están vigentes en varios países del continente y destacó que este manual lo que contiene es justamente “una propuesta diferente”.

Por su parte, Aniyar de Castro, dijo: “Este proyecto ha sido muy importante para mí porque siempre quise hacer un manual; yo, ante todo, soy profesora. Ojalá este libro sirva para entender que la criminología es mucho más de lo que la gente en la calle cree que es. En la actualidad, vemos una clara regresión en cuanto a teorías penales. Con Manual de Criminología Sociopolítica, buscamos explicar por qué cada época tiene una determinada criminología”.

Participaron de ambas actividades autoridades académicas, profesores, especialistas internacionales, estudiantes y público en general.