El escritor cubano más reconocido dentro y fuera de la isla hoy, habló en el Auditorio Tanque sobre su última novela El hombre que amaba a los perros, en la que recupera la figura del líder revolucionario ruso. Entrevistado por su colega y amigo italiano Bruno Arpaia, también habló de la novela policial, su literatura y el desencanto del socialismo cubano.
Bruno Arpaia estuvo por tercer año consecutivo en la Universidad Nacional de San Martín. En esta oportunidad, el periodista y escritor dictó el seminario “Contar la realidad. Del barroco al Boom”, del 7 al 10 de mayo, que culminó con una entrevista pública al escritor cubano Leonardo Padura, autor de El hombre que amaba a los perros.
Durante la charla entre los intelectuales y amigos, el italiano consultó al caribeño sobre la vida en la isla, la corrupción, los géneros literarios, la política, la libertad y sus personajes, entre otras cosas.
Padura, quien nació en 1955 en Mantilla, a 15 kilómetros de La Habana, y pese a las hostilidades, las prohibiciones y el pasaporte español que le fue concedido en 2011 aún vive allí, admitió que no podría instalarse en otro lugar porque él es un escritor cubano y toda su producción está ligada a su origen.
También habló sobre los géneros literarios y a cerca de su elección de la novela negra: “En los años 70 hubo un renacimiento de la novela policial en el mundo iberoamericano; en Cuba este género trató de contar una realidad virtual en una época en que la ortodoxia socialista se terminaba de establecer y muchos de los artistas quedaban marginados. Los códigos de la novela policial se habían violado tantas veces que cuando me puse a escribir mi primera novela se había abierto una nueva posibilidad”.
Además, Leonardo Padura contó anécdotas sobre su infancia, sobre su sueño de ser beisbolista y sobre su trabajo como periodista en la revista El caimán barbudo y en el diario Juventud Rebelde: “Podía escribir de lo que quería y cómo quería, algo inimaginable en el periodismo cubano”.
Sobre su novela El hombre que amaba a los perros, su libro más vendido y que relata la historia del asesino de León Trotski, Ramón Mercader, quien vivió en Cuba durante sus últimos años, dijo que fue trabajosa: “Trotski no existía para los cubanos. Pasé dos años investigando, me traían libros de todas partes del mundo: Francia, México, Perú, España. Este ocultamiento absoluto de una historia, de un personaje, se repitió en muchos sectores de la vida cubana a lo largo de los años y fue uno de los elementos que más me complicó a la hora de escribir”.
Por último, Padura habló sobre su obra La novela de mi vida, que narra el intento de un hombre de dar al fin con la autobiografía desaparecida del poeta José María Heredia, e hizo una pequeña reseña sobre Herejes, su último trabajo, que será publicado en breve y en el que cuenta la última aventura de su más famoso y querido personaje, Mario Conde, también protagonista de Pasado perfecto, Vientos de cuaresma, Máscaras, Paisaje de otoño, Adiós Hemingway, La neblina del ayer y La cola de la serpiente.