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Nerina Visacovsky ganó una beca para realizar una estancia de investigación en la Universidad de Fordham

La investigadora del IIP (EPyG-UNSAM/CONICET) viajará en 2023 a Nueva York gracias a un subsidio otorgado en conjunto por el Centro de Estudios Judíos de esa universidad y la New York Public Library. Conversamos con Nerina sobre su tema de investigación –los vínculos entre grupos judíos progresistas de Nueva York y de Buenos Aires- y los objetivos de su estancia en Estados Unidos.

Nerina Visacovsky, profesora-investigadora de la EPyG-UNSAM obtuvo recientemente una beca otorgada por el Centro de Estudios Judíos en el Departamento de Historia de la Universidad de Fordham en conjunto con la New York Public Library. Gracias a este subsidio viajará en 2023 a Estados Unidos para desarrollar su proyecto “The Links between the Pro-Soviet Jewish Left-Wing in New York and Buenos Aires (1946-1956)”.

¿Cómo surgió tu idea de postularte a esta beca y por qué es importante ir a investigar a Estados Unidos sobre la izquierda judía?

Como antecedente puedo mencionar que hace tiempo entré en contacto con colegas de Estados Unidos que estudian la izquierda judía y participé en un seminario muy importante sobre el tema en la Universidad de Cornell en 2020 con los referentes de esa área. Es un tema muy poco estudiado acá, pero allá está más difundido. A raíz de ese contacto empecé a trabajar en un libro que saldrá dentro de poco y llevará por título Cultura judeoprogresista en las Américas.

Luego surgió la posibilidad de ir a investigar allí, donde hay archivos muy interesantes en los que aparecen rastros y registros de los vínculos que tenía la izquierda de Nueva York con la izquierda de Buenos Aires. Esos dirigentes hablaban en yiddish y se mandaban publicaciones. Había una circulación que está muy poco estudiada porque, en general, los norteamericanos estudian el hemisferio norte y se ocupan muy poco de lo que pasa en el Sur.

Para mí será muy importante visitar tanto la Universidad de Fordham como la biblioteca pública de Nueva York, ya que allí tienen una división de estudios judíos, llamada Dorot Jewish Division, q contiene todos los periódicos yiddishistas de América de todos los tiempos. Relevaré esos archivos de prensa donde aparecen visitas de argentinos en Estados Unidos y de estadounidenses en Argentina, Uruguay y Brasil.

A esta beca se presenta gente de todo el mundo. Al obtenerla asumo el compromiso de hacer trabajo de archivo en la biblioteca y ofrecer tres conferencias en Fordham, que además me vienen muy bien como posibilidad para presentar allá el libro y hacer conexiones para traducirlo al inglés.

¿Cuál es la hipótesis que guía esta reconstrucción que hacés sobre los vínculos entre grupos judíos progresistas de Nueva York y Buenos Aires?

Mi proyecto abarca el período 1946-1956, es decir una etapa posterior al fin de la Segunda Guerra Mundial, que fue también la época más gloriosa de la Unión Soviética tras derrotar al nazismo.

Los grupos que investigo compartían una meta común que era ganar judeo-progresistas dentro de la colectividad, ganarle al sionismo la batalla ideológica y tener judíos más comprometidos con las realidades locales. En Estados Unidos, por ejemplo, podemos ver que todo este grupo de judíos progresistas estuvo firme junto a la lucha por los derechos civiles, con el tema del racismo. Hoy, incluso, el movimiento black lives matter tiene una herencia en la tradición judía de izquierda que salía a las calles a militar contra el antisemitismo y el racismo. Hay puntos en común y esos encuentros tenían que ver con compartir agenda de temas internacionales respecto a la URSS, al Estado de Israel y temas locales. Muchos eran militantes comunistas pero mi hipótesis es que tenían una relación de tensión, no era una relación de militancia a cualquier costo, sobre todo cuando en la URSS aparecían cuestiones adversas a la colectividad judía.

Esa tensión permanente entre el sionismo y el PC caracterizó a estos judíos en todos los países. En esa época circulaban materiales donde se brindaban argumentos. Folletos, artículos, donde estos dirigentes cuentan lo que estaba pasando en Estados Unidos o cómo se vivía allá el judeo-progresismo y viceversa, qué pasaba en Sudamérica.

Cuando se pierde el yiddish y se van perdiendo las conexiones las nuevas generaciones que ya hablan solo en español, inglés y portugués, se va perdiendo también el vínculo orgánico entre dirigentes de distintos países que les permitía tener un contexto global de lo que pasaba. A eso se le suman conflictos ideológicos más profundos que sería motivo de otra charla.

¿Qué importancia adicional tendrá tu estancia en términos institucionales, tanto para la Escuela como para tus propias redes de intercambio?

Hay varios colegas de Estados Unidos con los cuales quiero armar cosas acá. Una de mis intenciones es armar un curso de posgrado para el año que viene con todo lo que vea y aprenda allá, y todo el acceso a nueva bibliografía que voy a ir teniendo. Vamos a poder contar con materiales novedosos sobre el tema, que serán un aporte clave para consolidar una mirada trasnacional de estos temas de investigación. Asimismo, establecer vínculos con esa universidad y su departamento de historia nos permitirá pensar proyectos y acuerdos en conjunto.

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Nota actualizada el 2 de junio de 2022

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