Obra: La Cantante Calva
Lugar: Teatro Tornavía
Dirección general y puesta en escena: Marta Ochoa
Actores: Federico Sepúlveda, Cecilia Hours, Agustín Rod, Juan Pablo Palacio, Melisa Melcer y Evelia González.
Dirección: Av. 25 de mayo y Francia, Gral. San Martín
Fecha: viernes 9 de octubre
Horario: 20.30 hs
Entrada: 50$
Síntesis argumental
¿Qué puede llegar a suceder cuando dos parejas burguesas se encuentran para compartir su aburrimiento? ¿Cuáles son las consecuencias de sostener una imagen y una posición social? ¿Qué es lo que pasa dentro de esa foto fingida que pretende acatar los mandatos impuestos? ¿Somos genuinos con nuestro deseo o somos lo que dicen que debemos ser? ¿Qué pasa, entonces, cuando un ser reprimido se topa con un ser auténtico?
Dos parejas londinenses de amigos se reúnen a pasar el tiempo y matar el aburrimiento. Desde afuera llega el capitán de los bomberos. Ésto genera un conflicto tan banal como la discusión acerca de si hay alguien detrás de una puerta cuando se oye que golpean en ella. El debate va en escalada a punto tal que se pone de manifiesto qué es lo que ocurre cuando el adentro y el afuera se encuentran.
Los Smith y sus amigos, los Martin, comparten secretos que, de modo intermitente, interrumpen este encuentro, tal como un aparente reloj que marca las horas sin lógica alguna.
Tanto el capitán de los bomberos como Mary, la criada, son personajes marginales y del afuera que transitan un espacio más honesto y humano que hará que los Smith y los Martin entren en un intrincado conflicto, desmoronando sus cuerpos y su lenguaje, como si fuesen relojes que se descomponen y dejan de funcionar.
Sobre la puesta
“Todo mundo seguirá siendo absurdo, porque cada persona se encuentra encerrada en su célula individual por lo inadecuado de los medios de comunicación, las únicas reglas de comunicación de que disponemos son las reglas del lenguaje insensatas, el único tipo de comunicación posible es el método indirecto de la paradoja, los hombres aislados nunca llegaran a conocerse”
Eugene Ionesco
La Cantante Calva es una obra escrita por el rumano Eugene Ionesco y estrenada en 1950 en Francia. Este clásico del teatro del absurdo sabotea el sistema del lenguaje verbal y de la realidad tal como la entendemos, poniendo de manifiesto que todo es construcción del hombre. Al decir de Wellwhart (“Teatro y protesta”) “…Ionesco se concentra principalmente en mostrar a su público la soledad en que se encuentran los seres humanos y la insensatez de la acciones cotidianas que constituyen la mayor parte de la existencia terrena”.
La incapacidad de comunicación entre los sujetos se materializa en los intentos cotidianos de conversación, sin lógica ni linealidad alguna, y donde siempre están latentes la soledad y la carencia de sentido propias de la existencia misma del ser humano.
Estas situaciones, de tan absurdas pueden tornarse, por momentos, en cómicas, ya que obran como un espejo que expone groseramente nuestras propias miserias.
Es en este espacio donde transcurre un tiempo sin lógica, el reloj suena y marca las horas sin sentido alguno, los cuerpos dejan de sostenerse en su habitual modo y el lenguaje se distorsiona.
Por estos motivos, el montaje de esta obra mucho tiene que ver con situaciones que quedan sin explicación y preguntas que quedan sin respuestas. Este trasfondo existencialista, en esta pieza teatral del absurdo, pretende ridiculizar situaciones tan banales que llegan al extremo del paroxismo, como si fueran realmente vitales, cuando en verdad no lo son.
Siguiendo este criterio, el modo en que se relacionan los cuerpos, el sonido del reloj, las situaciones y el lenguaje no responden a lo que habitualmente se está acostumbrado. El absurdo funciona como una crítica a estos modos de darle sentido a la vida, modos construidos por el mismo hombre para atenuar su angustia existencial.