Enigmática e inquietante, tal vez la gran obra maestra de Ingmar Bergman. Una de las tantas películas en la que el autor hace una aproximación hacia la cosmogonía y espiritualidad del medioevo europeo, en un relato que tiene como protagonista a un caballero que a su regreso de las Cruzadas y en una tierra azotada por la peste desafía a la muerte en un tablero de ajedrez, buscado así las respuestas a los eternos dilemas de su existencia.