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Pablo Iván Nikel es licenciado en Biotecnología y doctor en Biología Molecular y Biotecnología por el IIB-INTECH. Gracias a su trabajo con el desarrollo de herramientas biológicas que potencian bacterias de interés industrial, la Fundación Novo Nordisk lo contrató como jefe de grupo en el Centro de Biosostenibilidad en Dinamarca.
Por Gaspar Grieco | Fotos: Leandro Martínez
Las bacterias son víctimas de la mala prensa y, a menudo, suelen ser presentadas como las causantes de muchos padecimientos. Sin embargo, algunas de ellas pueden ser aprovechadas para el desarrollo de fármacos que salvan vidas y previenen enfermedades.
Atento a esas ventajas, el investigador Pablo Iván Nikel, graduado de la Licenciatura en Biotecnología y del Doctorado en Biología Molecular y Biotecnología del IIB-INTECH, trabaja en el desarrollo y la utilización de herramientas de biología sintética para el aprovechamiento de la bacteria del suelo Pseudomonas putida, un microorganismo que puede derivar, entre otras aplicaciones, en el desarrollo de medicamentos.
“La UNSAM es mi casa, hice toda la carrera de grado y el doctorado acá. Por ese motivo, vuelvo con frecuencia. Empecé a estudiar en 1999 y lo que me gustó fue que, a diferencia de otras carreras, la Licenciatura en Biotecnología era una carrera multidisciplinaria. No solo ofrece los conceptos básicos de las ciencias biológicas sino que además tiene un sesgo de aplicación que a mí me interesa muchísimo”, cuenta Nikel, recientemente contratado para liderar un grupo de investigación en el Centro de Biosostenibilidad de la Fundación Novo Nordisk, una entidad de renombre internacional.
Pablo Iván Nikel junto a Arlinet Kierbel.
La bacteria Pseudomonas putida está evolutivamente preparada para soportar diversas condiciones de estrés, lo que la diferencia de otros microorganismos tradicionalmente usados en la industria. En el laboratorio, el biotecnólogo somete a esas bacterias a situaciones de alto estrés para aprovechar el enorme potencial que se desprende de sus reacciones en aplicaciones sustentables. “Desde el punto de vista biotecnológico, estas bacterias producen compuestos que pueden llegar a actuar como precursores de drogas farmacéuticas, como moléculas organofluoradas. En la actualidad, esos compuestos se obtienen en procesos químicos muy contaminantes y costosos. Yo en cambio busco hacerlo en forma biológica, que siempre es más sostenible que el proceso similar hecho químicamente”, explica el investigador.
Cabe señalar que las reacciones que Nikel introduce en las Pseudomonas no existen en la naturaleza. “No hay una bioquímica natural para estos compuestos, lo que yo pretendo es crear esas reacciones. Entonces, desde un punto de vista teórico, busco generar una bioquímica nueva”, detalla.
Tiempo antes de interesarse por las bacterias ambientales, Nikel investigó la producción sostenible de bioplásticos, que fue el tema principal de su tesis doctoral y a partir de la cual, junto con el equipo de investigación del IIB-INTECH y de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, logró generar bioplásticos en forma sostenible mediante procesos a base de glicerol, un subproducto de la industria del biodiésel.
Luego, realizó un posdoctorado de seis años en el Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC) en Madrid (España), donde comenzó a trabajar en biología sintética de microorganismos de interés industrial. Hoy, el investigador de la UNSAM está en Copenhague, al frente del grupo de Diseño Inteligente de Factorías Bacterianas del Centro de Biosostenibilidad. “Es un lugar ideal para seguir desarrollando mis inquietudes científicas”, concluye.