La música y el sonido en las artes escénicas hoy tienen un escenario con posibilidades de utilización que hasta hace unos años no era posible pensar. El potencial de las herramientas que se utilizan, prácticamente no pone límites a la imaginación de un autor, un intérprete, un compositor o un diseñador de sonido.

El manejo y la intervención de la música y el sonido en una obra ya no se limitan al campo del operador técnico, sino que interactúan y están presentes en el escenario con los actores, los músicos, y  hasta con el público.
Es necesario inspirar a toda una nueva generación de artistas para que piensen a la música y el sonido de una forma renovada, expandan las posibilidades de producción y puedan estar a la altura de los estándares de la industria artística, ya sea en producciones independientes o grandes producciones.

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