En su libro “Regulación jurídica de los grupos de empresas”, Hundskopf Exebio Oswaldo define concentración empresarial como el “fenómeno por el cual dos o más empresas convienen en unir esfuerzos y capitales para obtener un beneficio común”.
Situados en el punto de vista económico, la concentración surge como una tendencia natural para el desarrollo de las empresas, pero si nos corremos de ese eje, sólo a fines de obtener una visión más completa, notamos que en este fenómeno entran en juego otros actores que en mayor o menor medida y tanto de modos positivos como negativos, mantienen un rol necesario para su existencia generando nuevos desafíos por parte de las instituciones para sostener su regulación.
Hacia principios de la década de los 90 el Sector Transporte en Argentina, principalmente el de servicios inter urbanos de pasajeros se alinea a los fenómenos y las tendencias empresariales a nivel mundial. Debido al cambio normativo del sector y mediante compras de empresas chicas, fusiones empresariales o absorciones se va forjando el proceso de concentración empresarial en los servicios de transporte interurbano de pasajeros obteniendo como resultado la concentración de la oferta en un grupo reducido de grandes empresas que manteniendo la identidad de marca d concentran la mayoría de las principales rutas y servicios.
El licenciado Daniel Álvarez, coordinador de la Especialización en Política y Planificación del Transporte, explica que este proceso de concentración da como resultado que muchos de los principales corredores, fundamentalmente los troncales de toda la conexión de larga distancia Argentina, se encuentran altamente concentrados desde el punto de vista empresario.
Al consultar sobre el modo en que el fenómeno de concentración repercute sobre los usuarios directos de este servicio, Álvarez explica que los usuarios obtienen tanto beneficios como perjuicios. Dentro de los beneficios la oferta, vista desde el punto de vista cuantitativo, aumenta gracias a estos procesos, aumentan también la frecuencia de los viajes y la calidad de prestación que se puede constatar en la incorporación de unidades nuevas y la reducción de los tiempos de viaje. Respecto a los perjuicios el fundamental es la inexistencia de empresas testigo que marquen un contrapunto a la hora de formar tarifas. Otro de los problemas es que al cubrir estas empresas sólo grandes corredores troncales donde la demanda es intensa o intermedia, quedan desconectadas muchas localidades que no están sobre esas troncales generando a veces desconexión entre ellas y otras ciudades más grandes.