La plataforma multifuncional para detección inmediata de enfermedades infecciosas creada por un equipo de investigadores del IIB-UNSAM y el INTI recibió en Tecnópolis la máxima distinción del “Premio Innovar”, de la mano del ministro de Ciencia y Tecnología de la Nación, Lino Barañao. El premio fue compartido con la investigadora independiente del CONICET Laura Alché, que junto a un equipo de químicos, bioquímicos y virólogos desarrolló un remedio para conjuntivitis virales.

“Los beneficios son enormes: este proyecto nos cambió la vida”, dice el doctor en Biología Diego Comerci, director del equipo del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (IIB-INTECH) de la UNSAM que junto a investigadores del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI)  y tres empresas privadas desarrolló el NANOPOC.

“El MinCyT vio más allá del potencial valor comercial del dispositivo: vio una plataforma que combina saberes específicos como la microelectrónica, la nanotecnología y la biotecnología; y el desarrollo original de aplicaciones, diseño, software, etc. El aparato además funciona muy bien, es muy barato y, además, es hermoso”, señala Comerci, rodeado de parte de su equipo en el Campus Miguelete y con el premio sobre el escritorio.

Diseñado con aportes del FONARSEC, el Nanopoc es un kit de diagnóstico que sirve para detectar enfermedades infecciosas in situ y de manera casi instantánea, tanto en pacientes humanos como animales. Se desarrolló a partir de un trabajo interdisciplinario innovador, que incluyó la conformación de un consorcio público-privado.

Según Moira, responsable del proyecto por el INTI, si bien hoy el dispositivo está calibrado para la detección de la enfermedad de Chagas, aftosa, y brucelosis humana y bovina, el objetivo es seguir desarrollando soluciones para que pueda diagnosticar gran cantidad de enfermedades. “Llevamos adelante el proyecto con la idea de facilitar el acceso a la salud de todos los habitantes del país, lo que llevó a buscar la posibilidad de que una muestra no tenga que viajar cuatro horas para hacer un simple examen de Chagas”.

Por su parte, Comerci sostiene que el NANOPOC es una matriz a partir de la cual “se podrá seguir innovando”: “Estamos por entrar a la etapa pre-comercial. Pero el objetivo inicial no era generar un producto. Lo que queríamos era generar una plataforma -con recursos humanos, infraestructura y conocimiento- de la cual saldrán muchas otras cosas, además de un único producto comercializable. Se trata de un producto que tiene que ver con el desarrollo de científicos capacitados para articular lenguajes y temáticas muy diversas y complejas. La maquinaria y la tecnología que se incorporó, por ejemplo, queda funcionando en las instituciones. Gracias a este proyecto hoy en el IIB tenemos tecnología de punta en microscopía y fermentaciones. Los beneficios van mucho más allá del potencial beneficio en salud pública, la industria o el comercio. La plataforma tiene todavía un año por delante de financiamiento del FONARSEC, pero tiene que seguir por lo menos cinco años más. Tenemos un spin off con desarrollos relacionados por ejemplo con el uso de microproteínas recombinantes, que representan una novedad absoluta en diagnóstico y están siendo patentados a nivel mundial. Y otras aplicaciones que ya estamos empezando a explorar con el sector privado”, destaca.

En esta edición del Concurso Nacional de Innovaciones se entregaron en total $1.000.000, repartidos en 51 premios para las nueve categorías propuestas por el certamen: agroindustria, alimentos, equipamiento médico, tecnología para la discapacidad, energía, fitomedicina, producto innovador, investigación aplicada e innovación en la universidad. Además se entregó el gran premio INNOVAR.

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