En Metafísica IV, 3-5, al discutir con los negadores del principio de no contradicción, Aristóteles se sirve inicialmente de la noción de aporía heredada de Platón para distinguir al filósofo del erístico. El primero llega a esa negación por estar genuinamente problematizado, mientras que el otro lo hace por el gusto de hablar. En el capítulo 6, sin embargo, ambos adversarios están en situación de aporía, aunque aquí parece tratarse de aporías superfluas, ociosas, que plantean como problema algo que podría resolverse atendiendo a lo evidente. La distinción entre aporía genuina y aporía superflua echa luz sobre la crítica aristotélica a los discursos vacíos, crítica que alcanza tanto a quienes se apartan deliberadamente de la experiencia con fines erísticos como a aquellos filósofos que al intentar resolver las dificultades con que se topaban en su búsqueda de la verdad, llegaron a soluciones que de algún modo implicaban un quiebre con el punto de partida suministrado por la experiencia.

Graciela Marcos es Doctora en Filosofía por la Universidad de Buenos Aires, donde ha sido Profesora regular Titular de Historia de la filosofía antigua e investigadora Principal del CONICET. Actualmente es Profesora Consulta Titular de dicha universidad y desarrolla su actividad docente y de investigación en el Posgrado. Es autora de Platón ante el problema del error (1995), de una traducción anotada del Encomio de Helena de Gorgias (2011), de numerosos artículos en revistas especializadas y en volúmenes colectivos internacionales. Ha coeditado estudios sobre Platón y Aristóteles (Colihue, 2004; Prometeo, 2009; Rhesis, 2014).

Día y horario: jueves 26 de octubre 15 hs. (Argentina).

Actividad libre y gratuita por zoom:

ID de reunión: 876 7708 9441

Código de acceso: 181250

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