Escuela de Política y Gobierno, politica2
Ximena Simpson, secretaria de Extensión de la Escuela de Política y Gobierno, viajó a Brasil para la segunda vuelta de las elecciones. Siguió de cerca los comicios que eligieron a Luiz Inácio Lula da Silva como el nuevo presidente con el 50,9% de los votos, y aseguró: “Brasil volvió a la escena internacional”.
En el día de ayer, se llevó a cabo el balotaje para elegir presidente de Brasil, la segunda economía de América y el principal socio comercial de la Argentina. Lula se impuso por un 50,9% de los votos frente al 49,1% obtenido por el actual presidente Bolsonaro, en una jornada donde votó el 79,4% del padrón habilitado (un porcentaje ligeramente superior al de la primera vuelta). Es el resultado más ajustado de la historia de la democracia en Brasil, y es la primera vez que un presidente en funciones pierde en su intento de re-elección.
Además, el domingo 12 estados eligieron gobernador, con algunos triunfos salientes como el de Tarcisio de Freitas, que permitió que alguien afín al bolsonarismo gobierne por primera vez San Pablo. En cuanto al voto a presidente, los resultados de los comicios mostraron que esta división electoral en casi dos mitades se replica a nivel de la extensa geografía de Brasil: mientras el Nordeste apoyó abrumadoramente a Lula (recibió el 69% de los votos), el Sur y Centro-Oeste se inclinaron mayoritamente por el actual mandatario.
Para entender las claves de este proceso electoral, consultamos a la doctora en Ciencia Política e investigadora de EPyG, Ximena Simpson, quien analizó la situación desde Río de Janeiro y nos contó cómo se vivió la jornada electoral, qué pasó desde el triunfo de Lula sobre Jair Messias Bolsonaro, y cuáles los desafíos para la gobernabilidad del nuevo presidente electo.
¿Cómo se vivió la jornada electoral?
La jornada de ayer se vivió con mucha angustia ya que se sabía que el resultado podía ser muy ajustado y que la diferencia entre Bolsonaro y Lula se iba a definir voto a voto.
¿Qué pasó con las denuncias de retenes por parte de la Policía Rodoviaria?
Fue muy tenso por las tentativas de retener a los electores en diversos estados, sobre todo en el nordeste. Alexandre de Moraes, presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), actuó de una manera muy rápida y muy firme. Llamó al director de la Policía Federal Rodoviaria para pedirle explicaciones, y no cedió a la presión para extender el plazo de las elecciones más allá de las 17 horas. No lo hizo por una cuestión estratégica. Eso le podría haber dado pie al bolsonarismo para impugnar las elecciones, ya que aumentar el horario estaba fuera de lo previsto, fuera de las reglas. Era una trampa, él la leyó muy bien y mantuvo el horario pautado diciendo que controló a la Policía, y mandó a suspender todas las operaciones. Hoy ya pidieron la renuncia del director de la Policía Federal Rodoviaria, y están investigando todo lo sucedido ayer.
¿Cuál crees que será la posibilidad de gobernar de Lula con minoría en las cámaras y la mitad del país que no lo votó?
Ya se están moviendo todos los poderes para articular con Lula. La rapidez es increíble. Tanto el presidente de la Cámara como el Senado felicitaron a Lula y se pusieron a disposición. Lula va a tener un Congreso mayoritariamente de derecha, conservador. Pero Lula es un animal político y es un muy buen articulador. Va a tener un problema muy complicado en términos económicos: su primera agenda va a ser conservadora porque va a tener que contener y disminuir el déficit para poder hacer políticas más efectivas de redistribución. Yo creo que el Congreso va a tender a ayudarlo. No creo que haya ningún peligro de gobernabilidad. Va a tener una negociación ardua pero que no peligra que pueda gobernar.
¿Qué quiere decir que Bolsonaro no haya reconocido la derrota?
Bolsonaro hasta ahora no habló y no admitió la derrota más allá de que gran parte de su gabinete ya lo hizo, así como muchos de los actores de las instituciones y otros líderes mundiales. Bolsonaro está totalmente aislado. Incluso dentro de su Gobierno lo están presionando para que admita la derrota. Yo creo que él está muy enojado y no lo quiere asumir por su carácter. Pero está quedando muy mal en términos internacionales, y para adentro de su partido está en una situación de cada vez mayor aislamiento político. Incluso el gobernador electo de San Pablo, afín al bolsonarismo, Tarcísio Gomes de Freitas, reconoció la derrota de Bolsonaro, felicitó a Lula y ya dijo que “espera una articulación y una relación republicana”.
¿Cómo es el día posterior a la jornada electoral?
Es impresionante como todos ya se están moviendo para pensar en el próximo gobierno. Es como si Bolsonaro hubiera perdido hace un mes. Incluso la comunidad internacional ya considera a Lula como el gobierno que importa. Dentro de poco va a haber una gran conferencia de Ambiente, en Egipto, y ya hicieron un lugar para una comitiva del gobierno electo. Ya hay una agenda positiva, real y concreta, del gobierno electo, aunque aún no asumió.
Además, Ximena Simpson cree que “la elección de Lula pone a Brasil de nuevo en el ruedo de la geopolítica mundial” y eso se está viendo en cómo han sido las reacciones de los principales líderes políticos del mundo, quienes se apuraron muchísimo en reconocer la victoria de Lula, respaldando al presidente electo ante un posible exabrupto de Bolsonaro. También, dice la secretaria de Extensión de EPyG, “ya hay un movimiento de construcción de agenda: Noruega y Alemania dijeron que Brasil vuelve a tener a disposición los fondos de Preservación del Amazonas como política ambiental de cooperación”, que es un fondo muy importante en términos de recursos y que lo habían bloqueado por la política de Bolsonaro. “Brasil volvió a la escena internacional”, cerró Ximena.
Siendo las 18:35 del día 31 de octubre, Jair Bolsonaro no reconoció aún la victoria de Lula, mientras que uno de sus hijos, el Senador Flavio Bolsonaro, rompió el silencio y admitió la derrota de su padre.
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