Este relevamiento que hicimos junto a ACIJ, CELS, CEUR Conicet y el Instituto de Geografía de la UBA registra el deterioro en la calidad de vida de quienes alquilan, y provee datos estadísticos a seis meses de la derogación de la ley que que regulaba el mercado.
Alquilar es cada vez más habitual en las grandes ciudades argentinas y en particular en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Esta forma de acceder a la vivienda se aceleró en los últimos años, con el encarecimiento del suelo urbano y la escasez de crédito hipotecario, entre otros factores. Las condiciones de alquiler en el principal aglomerado urbano del país empeoraron en casi todos los aspectos y la situación económica de esta población se vuelve cada vez más frágil.
Los resultados muestran que antes de la derogación la mitad de los contratos ya no respetaban la ley vigente. Tras la derogación, las condiciones empeoraron aún más. Los contratos disminuyeron, se redujo su duración y aumentó la frecuencia de actualización de los precios. Por otro lado, la encuesta muestra una situación económica cada vez más precaria: el 62% de los hogares inquilinos declara ingresos por debajo de la línea de pobreza; el 40% utiliza más de la mitad de su salario para pagar el alquiler, el 59% está endeudado y un 60% está atrasado en el pago de servicios, impuestos o cuotas.
Imagen: Movida Colectiva.
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