Consejo Interuniversitario Nacional, home, Rectorado
“Tenemos que partir de un acuerdo ideológico básico ineludible: todos los recursos que se destinan a la educación superior son una inversión; el sistema universitario es parte de la solución, y no del problema”, expresó el rector de la UNSAM y presidente saliente del Consejo Interuniversitario Nacional en la apertura de un plenario histórico, del que participaron autoridades de las 73 universidades que integran el Consejo junto con el secretario de Educación y el subsecretario de Políticas Universitarias.
Más allá de las presentaciones institucionales, los datos cuantitativos, la magnitud del sistema universitario argentino en cantidad de instituciones, profesores, estudiantes y egresados, la idea es mostrar el proceso vital universitario, el proceso de transformación que genera en las personas y en la sociedad toda.
Queríamos compartir el testimonio de las personas a las que el sistema universitario argentino les cambió la vida. Desarrollos tecnológicos, sociales, económicos, culturales, artísticos. Mostrar el debate de ideas entendiendo que la universidad es un espacio plural de producción de diversidad y contraste de distintos saberes. Aproximarnos a lo que creemos que tiene que ser, hoy en día y para el futuro, una política de Estado. Para esto tenemos que partir de un acuerdo ideológico básico ineludible: todos los recursos que se destinan a la educación superior son una inversión. En términos económicos y financieros, la inversión es capital material, físico e intelectual que vuelve con creces. Esto es para nosotros una verdad revelada, resultado de teorías económicas que en la década del cincuenta transformaron las políticas gubernamentales y dieron sentido a lo que hoy conocemos como Teoría del Capital Humano.
La educación superior genera beneficios individuales, pero también, y profundamente, beneficios sociales que no solo tienen que ver con cuestiones económicas: tienen que ver también con la construcción de un pensamiento crítico y diverso.
Estas consignas ideológicas fueron adoptadas por nuestro país en términos normativos. Tienen rango constitucional y rango legal, y vienen de la vieja tradición universitaria, que transformó la formación escolástica en una formación libre, liberal y autónoma que se sostiene en el cogobierno.
Principios que luego fueron complementados con un gran derecho que nosotros incluso amplificamos en términos regionales y mundiales, que es el principio de gratuidad, no arancelamiento y acceso irrestricto. Para nosotros, banderas irrenunciables, constitutivas de nuestro sistema universitario, formalizadas legalmente.
No tenemos nada que discutir. Sí podemos debatir la modalidad y los criterios. Proponemos que la construcción del presupuesto universitario sea el resultado de debates apalancados en criterios fundados, pertinentes y, sobre todo, de suficiencia.
Un presupuesto que el sistema universitario requiere para hacer lo que está haciendo: seguir funcionando como lo hizo hasta ahora, y generar el valor que la sociedad le reconoce. El sistema universitario es parte de la solución, y no del problema. El sistema universitario tiene los atributos y la vocación de resolver los problemas del país, desde los más particulares a los más generales. Porque el principal capital que tenemos, más allá de los campus, los laboratorios, el equipamiento y los recursos financieros, es el capital intelectual. Un saber comprometido con la autonomía responsable, una autonomía que se construye dialogando con las necesidades de la sociedad. Nunca le vamos a esquivar el bulto a esta discusión, toda nuestra comunidad está atenta. En un marco de diálogo y de construcción colectiva, nos planteamos seguir haciendo lo que estamos haciendo, sin incrementos.
Reconocemos la situación, estamos en un momento de crisis, pero tenemos que seguir funcionando, necesitamos seguir funcionando. Tenemos que reconocer que los salarios, las becas, las obras y el financiamiento de los gastos de funcionamiento —subsidios, insumos, mantenimiento, seguridad— necesitan una actualización y, en conjunto, tenemos que encontrar una solución.
Somos austeros: de manera objetiva, estamos funcionando con un presupuesto reconducido que hoy representa un 30 % de los gastos de funcionamiento que deberíamos tener.
Estamos dispuestos a construir una solución conjunta. En ausencia de una ley de presupuesto —fondos que expresen una política pública—, tenemos que construir una solución que priorice, dentro de la política económica, qué funciones se deben seguir cumpliendo. Seguridad, salud, educación: funciones ineludibles del Estado. Estamos dispuestos a dar esta discusión. ¿Cuáles son las políticas para el fortalecimiento y el desarrollo del sistema universitario? ¿Cómo estimular, incentivar lo estratégico y lo pertinente en relación con las necesidades de nuestros estudiantes? Nos apalancamos en una tradición milenaria, somos instituciones acostumbradas a trabajar de manera estratégica, todos los días tomamos decisiones trascendentes, que nos llevan la vida. Es una carga que asumimos de manera responsable, tratando siempre de sostener a nuestros principales destinatarios. En un esquema de cogobierno que, además, es muy complejo, porque incluye las perspectivas de docentes, no docentes y estudiantes.
No vamos a cerrar nuestras puertas porque la universidad es la casa de todos. La universidad es un espacio para habitar y desarrollarse plenamente. Perdurabilidad, sostenibilidad y desarrollo. Muchas gracias.
Las coberturas completas del Plenario, acá y acá.