Por Gaspar Grieco. Fotos: Pablo Carrera Oser

El edificio del Instituto de Tecnología Nuclear Dan Beninson (IDB) de la UNSAM y la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) del Centro Atómico Ezeiza estaba preparado para ser el escenario de una fiesta. No era para menos: el miércoles 25 de octubre recibieron su diploma 29 egresadxs de la Tecnicatura Universitaria en Aplicaciones Nucleares, la Ingeniería Nuclear con Orientación en Aplicaciones, la Especialización en Radioquímica y Aplicaciones Nucleares, la Especialización en Reactores Nucleares y su Ciclo de Combustibles y el Doctorado en Tecnología Nuclear.

“La tecnología avanza con velocidad, con esa dinámica arrolladora, pasmosa, que se fagocita a sí misma y se reinventa todo el tiempo. Los jóvenes deberán lidiar con esta dinámica y, al mismo tiempo, encontrar el camino para que no falten los momentos de quietud inspiradora y de reflexión sobre el futuro”, dijo Carla Notari, decana del IDB, en la apertura de la ceremonia. “La asociación de la UNSAM con la CNEA representada por nuestro instituto es un ámbito adecuado para esta reflexión porque la investigación, el desarrollo y la educación son banderas irrenunciables y únicas para procurar un país soberano y alcanzar el bienestar de sus habitantes”.

En esa línea, el rector Carlos Greco definió la energía nuclear como “un desarrollo estratégico generado desde los Estados con una gran capacidad de aplicación a soluciones de los problemas de las sociedades” y habló a lxs egresadxs: “La educación no es gasto, es inversión. Por eso necesitamos que los conocimientos que ustedes adquirieron en la universidad los pongan en beneficio de la sociedad con el claro objetivo del bien común. Ustedes son los egresados de los 40 años de la democracia”.

Adriana Serquis, presidenta de la CNEA, advirtió sobre la necesidad de solventar el “ecosistema nuclear” del país y destacó la presencia del Estado cómo un componente “indispensable” para el desarrollo de la industria nuclear nacional. “En estos tiempos en los que se discuten estas cuestiones tenemos que tener en cuenta que somos miembros de esta sociedad que nos formó y vamos a tener siempre el compromiso de poner nuestras capacidades para generar una mayor justicia social, una mayor equidad y una mejor distribución”, subrayó, y dijo a lxs graduadxs: “Ustedes tienen el desafío de lograr un desarrollo tecnológico. Ese desarrollo permitirá otorgar valor agregado a nuestros recursos naturales”.

Pablo Vizcaino, director de la Ingeniería Nuclear con Orientación en Aplicaciones, destacó que “los más grandes logros científicos y tecnológicos de nuestro país han surgido de profesionales formados en la educación pública” y celebró los premios obtenidos por los estudiantes del IDB, como la Mención Especial a la Mejor Tesis otorgada por el Centro Argentino de Ingenieros en 2022 y el Premio Isidoro Marín otorgado a los mejores Egresados de Carreras de Ingeniería de Universidades Argentinas por la Academia Nacional de Ingeniería en 2023. “En este tiempo nos hemos acostumbrado a oír muchas cosas desagradables sobre nuestro país. Se ha puesto en discusión no solo la educación pública tal como la conocemos los argentinos desde hace más de 100 años, sino el derecho mismo a la educación como planteo filosófico. Los que trabajamos y los que se forman en ámbitos educativos como el Instituto Beninson tenemos el deber ético de esclarecer. No puede existir como opción negarle la educación a un ser humano”.

María Luz Olaguibe e Ismael Gonella, representantes del Centro de Estudiantes del IDB, también brindaron un mensaje a lxs flamantes graduadxs: “El camino hacia el éxito profesional nunca es un camino fácil, pero cada desafío que enfrentamos nos acerca un paso más a nuestras metas. Los aliento a seguir persiguiendo sus sueños con pasión y determinación para que la energía nuclear sea una herramienta clave para el futuro del país y esté siempre al servicio de la sociedad”.

Finalmente, lxs trece graduadxs presentes recibieron sus títulos y celebraron con sus familiares.

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