Cerró el ciclo 2023 del Seminario de Estudios Avanzados en Historia con una sesión dedicada a “La Guerra. Viejos problemas y nuevas preguntas”, a cargo del especialista en Historia del Arte José Emilio Burucúa y del investigador del LICH-EH Emiliano Gastón Sánchez. Un repaso por las diferentes ideas con las que se justificaron los conflictos bélicos en distintos momentos.
En el marco del Seminario de Estudios Avanzados en Historia (SEA) se realizó la sesión “La Guerra. Viejos problemas y nuevas preguntas”, a cargo del especialista en Historia del Arte José Emilio Burucúa y del investigador del LICH-EH Emiliano Gastón Sánchez.
El encuentro comenzó con la exposición de Emiliano Sanchez, que recorrió las distintas etapas y perspectivas que marcaron el estudio académico de los conflictos bélicos. El investigador retomó los puntos en común (que van desde conceptos, ejes temáticos, discusiones o enfoques) entre autores relevantes en cada período, para construir un panorama historiográfico tentativo. “Diferentes generaciones de historiadores e historiadoras abordaron la guerra desde perspectivas que se han ido modificando al calor de los vaivenes políticos que jalonaron la pasada centuria, pero sobre todo también a partir de las novedades historiográficas y metodológicas inherentes a la profesionalización de la disciplina”, sostuvo Sánchez.
El investigador se refirió a etapas que fueron estudiadas mayormente a partir del binomio movilización/desmovilización cultural. También repasó los estudios marcados por el análisis del período posterior al cese de las hostilidades luego de la Primera Guerra Mundial y la continuidad de distintas formas de violencia. A su vez reflexionó sobre las investigaciones centradas en la “cultura de guerra”, en los intelectuales combatientes, en los artistas y sus redes de sociabilidad durante los conflictos bélicos, el surgimiento de áreas de estudio sobre los neutrales europeos, los trabajos sobre el rol de la prensa y la censura, y las investigaciones desde miradas globales.
A su turno José Emilio Burucúa abordó varios de los temas de los que se ocupa en su libro aún inédito El concepto de civilización, la hegemonía europea y el combate intelectual de los pueblos y países dominados. El investigador recorrió los distintos significados que tomó el concepto de “civilización” en relación con la guerra, en distintas latitudes y momentos históricos. Para eso retomó a autores como Edward Carpenter, Guillaume Thomas François Raynal, Voltaire, Edward Gibbon y Henri Grégoire. Identificó momentos históricos en los cuales “guerra” y “civilización” fueron aparentemente incompatibles y contrarios, y otros momentos en los que el concepto de “civilización” se tornó una fuente de legitimación y expansión para la guerra, como por ejemplo cuando Napoleón desembarcó con sus tropas en Egipto y les dijo a los soldados: “Estáis a punto de embarcaros en una conquista que cambiará el mundo. Sus efectos sobre la civilización y el comercio mundial serán incalculables”. También señaló esta relación entre guerra y civilización en el caso argentino. Por ese motivo se refirió a los argumentos de Roca para justificar la llamada Campaña del Desierto como un proceso civilizatorio y a la oposición de Aristóbulo del Valle a esta mirada, que consideró parte de la barbarie porque no se respetaron ninguno de los derechos civilizados “de los indios”.
Respecto del marxismo y la guerra, Burucúa sostuvo que la posición de Karl Marx ha sido bastante ambigua, sobre todo en relación al colonialismo “que alcanza a verlo como un instrumento necesario de la expansión capitalista que hará posible luego la revolución proletaria”. Mencionó a la rama más violenta del marxismo, el sorelismo, en el que aparece la guerra como instrumento fundamental de la revolución ya que Sorel defendía el “carácter civilizatorio de la guerra social”. Por el contrario, Rosa de Luxemburgo, desde una posición social-comunista, sostenía que en la guerra hay solo barbarie.
Para cerrar, Burucúa trabajó sobre un discurso de 1900 que pronunció el emperador alemán Guillermo II. En esa arenga, el emperador instó a sus soldados a que fueran tan despiadados como los hunos, una tribu nómada de los siglos IV y V d.C responsable de haber saqueado gran parte de Europa. Desde entonces ese término empezó a asociarse a Alemania. Fue retomado en la propaganda de la Primera Guerra Mundial, y también en el film “Los Nibelungos”, de Fritz Lang (en donde la corte de Burgundia aparece como el prototipo de civilización y los hunos como la barbarie), y también en un conjunto de caricaturas de Ramón Columba sobre la neutralidad argentina.
El Seminario de Estudios Avanzados en Historia (SEA) es un ciclo organizado por la carrera de Historia de la UNSAM. Su objetivo es poner en común entre estudiantes, docentes y académicos los distintos enfoques y debates que tensionan los campos académicos. Esta edición, que cerró con la sesión de Burucúa y Sánchez, contó con tres encuentros previos:
-“Las derechas en el Sur Global. Enfoques y problemas historiográficos”, con María Pilar Álvarez, doctora en Ciencias Sociales e investigadora de la EH, y Ernesto Bohoslavsky, doctor en Geografía e Historia.
-“Géneros y sexualidades. Balances y desafíos en las investigaciones”, con Valeria LLobet, investigadora LICH-EH y Mario Pecheny, vicepresidente de Asuntos Científicos de Conicet y Doctor en Ciencia Política.
-“Raza y racismo en la historiografía contemporánea”, Ezequiel Adamovsky, investigador del LICH-EH y Magdalena Candioti, investigadora del Instituto Ravignani de la UBA / UNL.