Dirección de Género y Diversidad Sexual

3J Hay un antes y un después del Ni una menos.

En el marco de un nuevo aniversario del 3 de junio, entrevistamos a Vanesa Álvarez Slowik, egresada de la Licenciatura en Ciencia Política de la Escuela de Política y Gobierno de la UNSAM. En 2017, atravesada por el movimiento Ni una menos, eligió abordarlo como tema de tesis. En su trabajo “Las movilizaciones Ni Una Menos en Argentina: ¿de la protesta al movimiento social? (2015-2017)” analizó la evolución del movimiento y sus implicancias sociales.
Desde hace 8 años reivindicamos el Ni una menos, movimiento nacido en el año 2015 luego del femicidio de Chiara Páez; que surge como modo de denuncia de la violencia machista que encuentra su máxima expresión en los femicidios. La consigna “Ni una menos, vivas nos queremos” continúa aún hoy resonando.

¿Cómo fue que te interesaste por la temática del “Ni una menos”? ¿En qué momento decidiste que ese iba a ser tu tema de tesis?

Intentando hacer un poco de memoria: allá por 2013 lo primero que tal vez nos acercó a la temática fue el femicidio de Ángeles Rawson. Fue un hecho bastante movilizante y además muy mediático. Creo que ese fue el punto de partida que interpeló a la sociedad en 2013. Y después la sucesión de femicidios entre 2014 y 2015: Lola Chomnalez, Chiara Páez y Melina Romero.[1]

De alguna manera fueron estos hechos los que convocaron aquella primera movilización histórica del 3J 2015. Creo que todo esto me empezó  a convocar e interpelar y que después de la primera marcha, que para mí es histórica por la masividad y por la heterogeneidad de actores que se convocaron ahí, empezó a resonar en mi cabeza esta idea de cómo una consigna como Ni una menos había podido convocar a tanta gente de procedencias tan distintas en un mismo espacio.

 Después vino el primer aniversario de la marcha, que también tuvo una convocatoria muy masiva. Y lo que me terminó de definir que el tema a trabajar en la tesis tenía que ser Ni una menos, fue aquel tan triste y masivo paro de mujeres. El primer paro de mujeres de octubre 2016 fue convocado como consecuencia del brutal femicidio de Lucía Pérez en Mar del Plata.

 Recuerdo esa marcha de 2016, la gran cantidad de gente, las mujeres vestidas de negro en ese miércoles que era lluvioso, con paraguas… se me quiebra la voz cuando me acuerdo… Cierro los ojos y lo veo, fue muy movilizante… Yo en ese momento estaba cursando materias de cuarto año y tenía que empezar a pensar en mi tema de tesis.

En mi caso todo lo que tiene que ver con participación política, movilizaciones ciudadanas, protestas, siempre fueron temas que me generaron interés y ahí fue como que se me abrieron las puertas y empecé a interiorizarme mucho más, a leer sobre el tema, a buscar información.  Y esa curiosidad, ese despertar fue lo que me hizo tomar la decisión de elegir este tema. Quiero aclarar que mi interés nunca estuvo puesto en el feminismo ni el movimiento de mujeres, sino en lo vinculado a la convocatoria y la reunión en un lugar. Mi principal interés estaba en el hecho de que participaran tantos actores, con diferentes trayectorias, y que sin compartir necesariamente una  ideología, estuvieran reunidos en un lugar. Es decir, que mi mirada estuvo siempre puesta en los actores. En el caso de estas marchas, se trataba de un fenómeno que se empezaba a dar y que era diferente a lo que hasta ese momento había leído o estudiado.

En tu tesis, hacés un análisis de cómo se fueron transformando las movilizaciones de Ni Una Menos desde el año 2015 al 2017, ¿cuáles creés que son los puntos más relevantes sobre cómo fueron cambiando a través del tiempo? ¿Cuál es tu mirada actual?

Las movilizaciones entre 2015 y 2017 fueron muy masivas, todas tuvieron gran poder de convocatoria.  Me parece que una diferencia que sí vale la pena destacar entre la primera movilización y la segunda – y ni hablar con la tercera – tiene que ver con las consignas.

En la primera movilización “Ni Una Menos” es una consigna muy amplia, que es lo que considero que logra convocar a tanta gente de distintas trayectorias, que trata de dejar de lado temas controversiales para no dejara afuera a ciertos actores, que por ahí se puedan sentir incómodos o no representados, como el tema del aborto. La demanda por ese derecho recién se empieza a poner en agenda en la segunda movilización. Pero entre la primera y la segunda movilización hay un cambio hasta en los colores: en la primera todo estaba teñido de color violeta, y en la segunda empieza a aparecer el verde, a tomar cierto protagonismo. Eso me parece que es lo primero y lo más relevante que genera cierto cambio en relación a la masividad. Por otro lado, me parece que otro punto que puede ser de cambio, puede tener que ver también con las convocatorias. La primera convocatoria fue a través de periodistas y de las redes sociales que sin duda jugaron un papel protagónico; y luego para la segunda y tercera movilización, las redes tienen un papel de organizadoras, pero ya en la tercera se ve como un papel más de difusión que de organización y se empieza a dar el protagonismo de ciertos colectivos que en la primera movilización estaban como… No sé si la palabra es invisibilizados, pero detrás de la escena.

De todas maneras, me parece que ocho años después la consigna de “la bronca”, la denuncia, la preocupación frente a los femicidios, sigue convocando, aún muchos años después. El reclamo “primero”, por llamarlo de alguna manera, sigue siendo “basta de violencia machista”. Este reclamo sigue estando ahí muy vigente, muy latente, y de hecho las estadísticas siguen mostrando que ocho años después no hemos logrado mucho. Cuando yo armé mi tesis los informes estadísticos de ese momento indicaban que una mujer era asesinada cada 30 horas por el simple hecho de ser mujer y hoy es cada 28 horas, por lo cual sigue siendo un tema que tiene que estar en agenda, que hay que trabajar y que sigue siendo convocante. Es imposible que esto no nos interpele, no sentir empatía o sentirse convocado con la consigna.

Según “Ahora que sí nos ven”, observatorio de las violencias de género, entre el 1 de enero y el 30 de abril del 2023, sucedieron 99 femicidios y 113 intentos de femicidio. Además, el 59,6% de los femicidios ocurrió en la vivienda de la víctima, 20 de ellas habían realizado al menos una denuncia y 14 tenían medidas de protección. En lo que va del año, hubo 3 transfemicidios. El observatorio destaca, además, que desde el primer Ni una menos, sucedieron en nuestro país 2257 femicidios.

 ¿Cómo fue tu proceso de investigación de la modalidad asamblearia y las redes sociales como herramientas para la organización y difusión de acciones?

Fue algo difícil, hubo un trabajo muy de hormiga de recopilación de datos periodísticos de distintas fuentes. En la tesina, menciono que trabajé con tres diarios distintos por movilización tomando información de 10 días antes y 10 días después de cada una de las marchas. Es un proceso de dos años y pico, en el medio pasan cosas en la vida y una va haciendo lo que puede; era la intención hacer entrevistas también; pero luego por una cuestión de tiempo, de cómo se fue organizando el trabajo, no se dio así que simplemente se trabajó con bibliografía y con fuentes secundarias de periódicos distintos. Respecto a las asambleas, yo tuve la oportunidad de participar en alguna como “ciudadana común” digamos, no desde estar trabajando el tema para la tesis. Y me parece que las asambleas fueron un instrumento importante para el debate de los temas a poner en agenda. Sin duda sirvieron para dar organización y visibilizar las demandas y los reclamos.

Me parece que hasta el día de hoy; sin estar tan metida en el tema, sin estar investigando; lo importante es que sigue habiendo una organización bastante horizontal. No hay nadie, ninguna organización, ni de la sociedad civil, ni política; que haya de alguna manera querido tomar el liderazgo del movimiento: se charla sobre lo que se va a visibilizar y reclamar, el debate siempre es necesario. Que las cuestiones se resuelven en la asamblea me parece que es algo que está bueno destacar a ocho años.

Por otra parte, sobre el rol de las redes sin duda tuvieron un papel fundamental y protagónico primero en la organización, como fue la primera marcha, luego en la difusión. Creo que de alguna manera fueron las que generaron que las movilizaciones se reprodujeran en todo el país. Ahora a la distancia, 8 años después, es difícil de determinar, pero digo ¿Sin las redes hubiera habido un Ni Una Menos tan masivo aquel 2015? No sabemos si hubiera sido posible.

Recién hablabas de tu lugar como “ciudadana común” dentro de esas asambleas y también fuiste parte del paro en su momento ¿Cómo fue ese doble rol de estar estudiando algo de lo que formabas parte en algún punto? ¿Considerás que cambió algo en tu investigación, en tu forma de pensar, o de ver esos movimientos?

Yo creo que de alguna manera ser participante en el momento en el que está ocurriendo, más allá de estar produciendo una investigación, en sí te provoca. No podría decir jamás “la verdad es que no me movilizó”, muy por el contrario. Uno tiende a pensar que esas mujeres muertas pueden ser cualquiera de nosotras. Me parece que es imposible no sentir empatía, no solamente con la familia, con las víctimas. En cada una de las movilizaciones hay como una  sensación que tiene que ver por un lado con el orgullo y la alegría de ser partícipe de eso para tratar de producir algún cambio; y a la vez la tristeza del motivo que te convoca. El primer Paro Internacional de Mujeres fue muy movilizante. Se convocó con muy poquitos días de anticipación, y era imposible no sentir ese dolor, esa tristeza, esa incertidumbre que a cualquiera le puede pasar. Es imposible que no nos haya movilizado o cambiado.

Me parece que hay un antes y un después del Ni Una Menos. Es un un tema que se instaló en la agenda y que llegó para quedarse y que vamos a seguir en lucha hasta que de alguna manera, con política pública, deconstruyéndonos, charlando con los pibes en las escuelas, con la gente en las calles… De alguna manera, estimo que se va a lograr revertir estos números que son tan alarmantes y tan dolorosos.

Cada 3 de junio, miles de personas se encuentran frente al Congreso de la Nación para continuar movilizándose contra la violencia machista. Este año, entre los principales reclamos incluidos en el documento, se encuentran la lucha contra los femicidios, lesbidicios, transfemicidios y transhomicidios, contra la violencia médico-gineco-obstétrica, contra el gordodio y contra la criminalización de la pobreza; además, se exige el acceso efectivo a los derechos garantizados por de la Ley 27.610 de Interrupción Voluntaria del Embarazo, la implementación de una Educación Sexual Integral no binaria y una reforma judicial feminista.

Cuando dijiste charlando con les pibes en las clases, pensaba en tu rol de docente en escuelas secundarias, y enseñando Construcción de la Ciudadanía. ¿Estos son temas que se conversan en el aula? ¿Qué hay del otro lado? ¿Cómo lo ven les pibes?

Yo trato de que en cada fecha conmemorativa, por ejemplo 8M, 3J, siempre preparo algún material. No importa la materia que esté dando en ese momento, me parece que es pertinente, así como es pertinente hablar del 24 de marzo. Y con los pibes estás todo el tiempo hablando de violencia, no solamente violencia machista. La violencia está muy instalada en nuestra sociedad, es algo que es muy preocupante y que en algunas escuelas tal vez se ve más que en otras. Y no es lo mismo trabajar en primer ciclo que en segundo. Suceden situaciones de manotazos o palabrotas,  violencia machista, en particular descalificaciones o comentarios fuera de lugar. Bueno, el bullying que está tan presente también. Me parece que está bueno tomar los temas y hablarlos en el aula porque por lo menos trabajándolos quizás no veamos resultados en el corto plazo pero de a poco, conversándolo, algo va a quedar, claro.

¿Cómo crees que impactó Ni Una Menos en nuestra Universidad? ¿Cambió algo en vos, en tu sentir en relación a ésta marcha después de haberla estudiado?

A mí me parece que dentro de la universidad lo que sucedió es que el Ni una menos puso en la agenda temas que antes no se hablaban.

Empezaron a suceder algunos debates dentro de las aulas.Cuando empecé a cursar las materias más relacionadas con el desarrollo del proyecto, hubo mucho debate en torno a las cuestiones de género. Incluso muchas veces uno hablaba del tema y mencionaba ciertos datos como el asesinato de una mujer cada 30 horas y había algunos compañeros que tal vez no lo tenían tan presente o preguntaban sobre el origen de la información, que en este caso era la Casa del Encuentro. Me parece que también abrió la agenda para que empiecen a ofertarse materias relacionadas con estas temáticas. Por ejemplo, yo cursé Historia del movimiento feminista. Y comenzaron a ampliar los criterios en cuanto a la selección de autores, dándole más lugar a las mujeres.

En vísperas de esta nueva marcha ¿te sigue convocando Ni Una Menos? Y si es así, ¿qué te moviliza?

Después de 8 años me sigue convocando, me da mucha satisfacción que el movimiento siga tan vigente, tan presente, que siga habiendo reclamos, que siga instalando temas en la agenda y lo que más me gusta es pensar que convoca y que convocó a millones de mujeres, mujeres jóvenes y también hombres que se suman a las luchas históricas del feminismo con reclamos que tienen que ver con las horas de trabajo, con la igualdad en los sueldos, con el acceso a puestos jerárquicos; pero que también suman temas nuevos que tienen que ver con los derechos de las personas LGTB, con derechos culturales, derechos de salud reproductiva… Me parece que es algo que hay que poner en valor y celebrar. Las luchas históricas del feminismo siguen vigentes, se siguen visibilizando y todo eso por lo que lucharon las históricas feministas no fue en vano, hay cierta sucesión. Hay un montón de pibas jóvenes que son herederas de esas luchas históricas y eso me encanta. Las pibas, los jóvenes, las mujeres adultas, las abuelas, las tías, todos en la calle. Lo que sí me da tristeza es que a 8 años de la primera gran marcha no hayamos podido lograr que el número de femicidios baje, hay que seguir movilizándose porque eso tiene que parar en algún momento.


Desde el área de Contenidos (DGyDS-SGA) desarrollamos acciones de divulgación científica. Estas actividades incluyen la convocatoria a docentes, estudiantes e investigadorxs de nuestra casa de estudios para la presentación de resultados de investigaciones, ensayos, artículos académicos, libros, encuentros de formación, síntesis de jornadas o congresos, entre otras. Para conocer más sobre esta iniciativa podés contactarnos a contenidosdgs@unsam.edu.ar


Foto portada: Vanesa Álvarez Slowik

 

[1] En clave de Memoria:  Lola Chomnalez fue una joven bonaerense de 15 años que en 2014 se encontraba de vacaciones con su familia en la costa uruguaya cuando fue desaparecida y asesinada. Su caso aún no está cerrado. En mayo de 2015 Chiara Páez, oriunda de Santa Fe, tenía 14 años recién cumplidos cuando se convirtió en víctima de femicidio a manos de su pareja, en ese momento también menor de edad.

Nota actualizada el 7 de junio de 2023

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