Por Florencia Arce

Marga no para de saludar, todxs quieren abrazarla, darle un beso, acercase para contarle una historia o preguntarle ¿cómo está el barrio?, ¿cómo están las compañeras? También quieren saber más sobre el libro que va a presentar: Nosotras en libertad. Allí cuenta cómo fueron sus años después de su detención, entre 1975 y 1983, en la cárcel de Villa Devoto, Buenos Aires.

El patio del Centro Universitario de San Martín (CUSAM, Unidad Penal N.° 48) está lleno de compañeras y estudiantes, pero ella logra cruzarlo. Ya casi todxs la saludaron. Llega a la mesa y toma el micrófono para empezar la presentación de esta publicación, que recopila el testimonio de más de 200 expresas políticas detenidas junto a ella antes de la dictadura.

Margarita Palacio es la presidenta de la Asociación de Mujeres La Colmena y es una de las referentes más importantes del barrio Villa Hidalgo, en la localidad de José León Suárez, partido de San Martín. Su militancia se centra allí, pero la potencia de sus proyectos trasciende el área Reconquista. Todo ese trabajo que construyó en libertad lo contó en el libro Y qué pasó después.

“Nos quisieron destruir como personas, pero en la cárcel logramos ser compañeras. Cuando salimos, cada una tomó su camino, algunas continuaron estudiando, otras ya eran profesionales, otras no tenían un mango y vivían en villas y les costó mucho salir de esa situación, pero pudieron salir. Hoy son dirigentes sindicales y territoriales”, recuerda.

Junto a ella están sentadas Nora Rodríguez, de la Cooperativa Bella Flor, y Alicia Bello y Adriana Chein, ex-presas políticas de Devoto. Cada una cuenta su experiencia de lucha y resistencia. Entre el público también están Marcos Perearnau, director del CUSAM; Florencia Miguel, coordinadora de Arte y Cultura; José Garriga, subsecretario de Desarrollo Territorial; y Lalo Paret y Nancy Salvatierra, del Programa de Desarrollo y Articulación Territorial.

“Otras de nosotras dijimos ‘vamos a hacer lo que hacíamos antes’. Según los milicos éramos subversivas, y lo que yo hacía era lo mismo que hago ahora: trabajar en un barrio, buscar formas de salir de esa miseria, ponerse de pie. Y, para eso, tenemos que estar juntxs, porque es la única forma que el pobrerío puede salir de esa situación, ¡y el país también! Pero empecemos nosotros por donde tenemos el alma y el espíritu de la vida. Así lo hice en Villa Hidalgo”, alienta Margarita.

A los años posteriores a la detención Marga los define como “un camino de rosas y espinas”, con dolor y alegría. Cuenta que no fue fácil convivir con el silencio y con su compañero desaparecido en plena dictadura militar. En sus años en libertad, formó nuevamente pareja y tuvo tres hijos, pero reconoce que todo eso que llevaba dentro también lo vivió su familia. “Cuando eran chicos y a medida que iban creciendo, tampoco podían hablar porque siempre estaba la posibilidad de que otros nos vinieran a buscar y nos hicieran desaparecer. Y no era una joda, no era un delirio. Yo era docente de una escuela y tuve que irme un montón de veces con ellos a encanutarnos en algún lugar, lejos, con gente de los gremios y compañeros. No se le podía contar nada a nadie”, cuenta.

Todxs escuchan atentxs y muy emocionadxs su historia. Atrapa la manera que tiene de contarla y, sobre todo, su empuje. Ella les dice que nunca se debe perder la dignidad y que solo se construye “compartiendo con otros y con otras, porque nadie nunca se salva solo. “Y si dentro de esos otros y otras, las otras nos necesitan más, pues trabajemos con nosotras las mujeres”, concluye.

Los aplausos no paran. Marga es homenajeada y escuchada. Para terminar, explica: “Cuando hay vida, hay esperanza, y si hay esperanza nunca puede ser vivida o vista como de una sola persona. Esa esperanza se logra solo en comunidad. Si no tenemos una mirada común nada se puede lograr, y eso lo logró La Colmena, donde nos agarramos fuerte y marchamos juntas”.

En la página www.nosotrasenlibertad.com se puede explorar más sobre este libro, su historia, quiénes intervinieron, los relatos de las mujeres y más.

CUSam, Nosotras en libertad