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La UNSAM ya comenzó a transitar la tercera autoevaluación institucional que recoge la experiencia de antecedentes previos y que se propone, a partir de una mirada sobre el pasado, sentar las bases para el desarrollo futuro de la Universidad.
La UNSAM ha entrado en proceso de evaluación institucional. La Universidad cumple de esta manera con el Artículo 4 de la Ley de Educación Superior N.º 24.521 (1995). Y también cumple consigo misma, porque evaluarse significa mirarse críticamente, reflexionar, analizarse, valorar las actividades y funcionamiento desde la última evaluación, diagnosticar problemas, proponer mejoras y, en base a todo esto, proyectarse y planificar para el futuro.
El objetivo: mejorar la calidad integral de las actividades de la institución.
¿Cuáles son los objetivos específicos?
¿Qué etapas comprende la evaluación? Primero, una evaluación realizada por la propia institución: la autoevaluación; en segundo término: la evaluación externa, realizada por pares evaluadores de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU).
¿Qué dimensiones se analizan? El marco institucional, la formación, la investigación y el desarrollo, la extensión y la vinculación y el cuerpo docente desde una mirada integral.
¿Qué antecedentes de evaluación institucional tiene la UNSAM? La Universidad ha transitado ya por dos procesos de autoevaluación y evaluación externa dentro del marco de CONEAU. El primero tuvo lugar entre 2001 y 2006, y el segundo entre 2010 y 2015.
¿Qué pasó después de la segunda evaluación institucional? La Universidad generó el Plan Estratégico Institucional (PEI) 2016-2022, que resignificó a través de las Bases Programáticas 2018-2022. Este proceso político-institucional culminó en la reforma del Estatuto de la Universidad del año 2019, que comenzó a implementarse desde entonces.
¿Qué áreas de la UNSAM participan de la autoevaluación? Todas las áreas de gestión y las unidades académicas, así como los distintos claustros que la integran.
¿Qué tipo de información se recopila y analiza en este proceso? Las anteriores evaluaciones institucionales, los Informes de Gestión Anuales, la evaluación de la función ciencia y técnica (autoevaluación y evaluación externa realizada en el marco del Programa de Evaluación Institucional del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación), la información recolectada a través de distintos instrumentos existentes (la encuesta de estudiantes) y otros elaborados específicamente para la autoevaluación destinados a los distintos claustros con el fin de recabar valoraciones sobre el funcionamiento de la institución (encuestas, entrevistas y talleres) e información estadística sobre las funciones sustantivas y de gestión de la universidad.
¿Por qué es realmente importante que todxs nos involucremos en el proceso de autoevaluación?
El espíritu de la autoevaluación consiste en realizar un análisis retrospectivo y reflexivo sobre lo que se hizo. En este sentido, es un espacio y un tiempo que la institución se da para pensarse a sí misma y sus desafíos a futuro: ¿cuál es la direccionalidad que nos hemos dado? En relación a esta direccionalidad: ¿en qué situación nos encontramos? ¿nos estamos dirigiendo efectivamente hacia donde nos proponemos? ¿En qué medida lo que estamos haciendo nos lleva hacia donde nos propusimos? Si no es así, ¿qué ajustes deberíamos hacer?
Es un trabajo combinado entre el accountability y la investigación institucional, basado en procedimientos sistemáticos de recolección, análisis e interpretación de información confiable con la finalidad de emitir juicios valorativos y fundamentados. En este sentido, están presentes la transparencia y la rendición de cuentas pero el propósito no es sólo “dar cuenta”: la evaluación sólo tiene sentido si se avanza en una reflexión colectiva de todos los claustros de lo realizado en forma integral para pensar los desafíos para los años venideros.