LICH - Laboratorio de Investigación en Ciencias Humanas
El 12 de julio se realizó el segundo conversatorio “¿Por qué hacemos diccionarios? Un arco de experiencias”. Expusieron destacadxs autorxs de diccionarios realizados desde distintos campos del saber humanístico: Estudios culturales, Filosofía, Historia conceptual. Participaron también numerosxs investigadorxs del LICH-EH_UNSAM-CONICET.
La actividad se enmarcó en el Proyecto de Unidad Ejecutora CONICET-LICH: Perspectivas y prospectivas de futuro: un atlas digital de lenguajes, categorías y experiencias, y tuvo el propósito de estimular la reflexión colectiva sobre los procesos de construcción de obras de esta naturaleza (génesis, referencias, criterios, formatos, desafíos), con vistas a la elaboración colectiva del Léxico crítico sobre el futuro.
La imagen seleccionada para acompañar este encuentro ‒Panlengua, de Xul Solar, que hace referencia al idioma creado por el artista‒ motivó la reflexión inicial de Marina Farinetti, vicedirectora del LICH, quien presentó las tentativas de Xul Solar como preludio e inspiración a la apertura y recreación de un pensamiento incesante, histórico, dinámico y transformador. Las imágenes que acompañan esta memoria del encuentro son de otra invención de este artista –Panajedrez.
Abrió el panel Mónica Szurmuk, quien presentó su experiencia en la construcción, junto a Robert McKee Irwin, del Diccionario de Estudios culturales latinoamericanos (Instituto Mora/Siglo XXI, México, 2009). Szurmuk se refirió a la génesis del proyecto, enraizándola en su experiencia docente en Estados Unidos y México con estudiantes de distintas filiaciones y especialidades. Contando con la colaboración de los principales referentes del ámbito de los Estudios culturales, el diccionario, en principio “anclado” en la frontera México/Estados Unidos, se fue expandiendo para adquirir cobertura continental.
Por su parte, Edgardo Castro se refirió al proceso de construcción de su Diccionario Foucault, temas, conceptos y autores (Siglo XXI, Buenos Aires, 2018), obra de creación individual. Castro aludió tanto a la génesis “psicológica” de su proyecto como a su génesis “intelectual”. Con respecto a la segunda, mencionó tres obras fundamentales de la tradición filosófica a las que tomó como referencia para pensar y construir la suya: el Libro Delta de la Metafísica de Aristóteles, el Index Aristotelicus de Hermann Bonitz y el Vocabulario de las instituciones indoeuropeas de Émile Benveniste. También se refirió a los desafíos implicados en la delimitación del corpus.
Por último, Javier Fernández Sebastián, de la Universidad del País Vasco (Bilbao), se refirió al Diccionario político y social del mundo iberoamericano, (en dos volúmenes conocidos como Iberconceptos I y II) y a los diccionarios del siglo XIX y del siglo XX español (Alianza, Madrid, 2002 y 2008), co-editados junto a Juan Francisco Fuentes. Entre los factores que motivaron tales iniciativas mencionó cierta tendencia al anacronismo identificable entre los historiadores de la sociedad y la política de hace tres o cuatro décadas. De ahí que estas obras estén orientadas no tanto a la lexicografía cuanto a dar cuenta de las distancias y disparidades entre los lenguajes correspondientes a distintos momentos históricos. Observó las limitaciones de un formato que fragmenta el mundo en palabras inconexas y la necesidad de restituir puentes entre estas. Fernández Sebastián aludió también al arduo proceso de selección de los términos, durante el cual fue preciso subsumir varios de ellos dentro de otros, considerados como pilares inesquivables.
El debate que siguió a las exposiciones dio paso a reflexiones sobre el carácter “atomizado” y “fragmentario” de este tipo de obras, que las coloca a distancia crítica de toda pretensión totalizante. Se hizo referencia también a la dificultad de alcanzar uniformidades teórico-metodológicas plenas al encarar obras de esta naturaleza.
Lxs invitamos a disfrutar el conversatorio completo en el Canal de Youtube de la EH:
https://youtu.be/XOb9WsWmh8w