Escuela de Economía y Negocios, Escuela IDAES

Criptomonedas: No inviertan más de lo que están dispuestxs a perder

¿Cómo afectan los nuevos instrumentos financieros a las economías de los países? ¿Cuál es el escenario en la Argentina? Marina Dal Poggetto, Guido Zack y Sebastián Valdecantos, docentes e investigadores de la UNSAM, analizan la situación del nuevo mercado desregulado de activos digitales.

Por Gaspar Grieco y Florencia Maseda

“Maestra jardinera de día, inversora de noche. Invertir en criptomonedas es más fácil de lo que pensás”, dice un afiche pegado en el barrio de Nuñez de la Ciudad de Buenos Aires. Estos nuevos instrumentos financieros surgieron como una novedad en 2009 y hoy los términos como “bitcoin”, “criptomonedas” e “inversión digital” ya circulan en conversaciones cotidianas, aunque pocos pueden explicar de qué se trata ¿Qué son estos nuevos instrumentos?, ¿cuál es el contexto financiero en el cual se insertan?, ¿cuáles son lo riesgos de la “financiarización” de la sociedad”?

Marina Dal Poggetto, economista, investigadora y directora de la futura Maestría en Finanzas de la Escuela de Economía y Negocios (EEyN), señala que “hay una facilidad para adquirir activos financieros que de alguna forma permite que los inversores ya no solo sean aquellos que compraban a través de fondos de pensiones o bancos de inversión, sino que ahora también pueda comprar activos cualquier persona a través de una plataforma digital con montos muy bajos”

En esa línea, Sebastian Valdecantos, economista e investigador de la Escuela IDAES de la UNSAM, también señala la posibilidad del “fácil acceso” al mercado de inversiones en criptomonedas, pero advierte sobre la necesidad de una adecuada educación financiera: “Es importante que antes de hacer una inversión las personas se asesoren y, sobre todo, teniendo en cuenta la extrema volatilidad del mercado crypto, que no inviertan más de lo que están dispuestas a perder”.

Las criptomonedas son activos digitales creados por grandes empresas para agilizar transacciones comerciales. Se trata de dinero digital sin ningún tipo de regulación estatal que se adquiere mediante inversión con dinero tradicional y es alojado en bases de datos llamadas Blockchain. Los criptoactivos más poderosos y celebrados por magnates multimillonarios como Elon Musk son Bitcoin y Ethereum, los cuales han recibido flujos por 4.200 millones de dólares en lo que va de 2021, según los datos difundidos por la plataforma de asesoramiento en activos digitales Coishares.

Marina Dal Poggetto

“Bitcoin no está pensado para convertirse en una unidad de cuenta global, sino como una especie de oro digital, un activo de reserva, que todavía es muy volátil. Sería muy arriesgado que alguien que quiere preservar sus ahorros los preserve en bitcoin, porque así como podes ganar un montón, podés perder todo”, explicó Valdecantos en una entrevista publicada en la UNSAM en febrero.

“Che, me parece que voy a invertir en bitcoins. Está bueno y se está ganando guita”, le dice un amigo a otro después de un partido de fútbol 5. Es que el activo financiero digital tomó gran notoriedad en los medios en las últimas semanas: el sábado 12 de marzo alcanzó el récord histórico de 61.781 dólares, aunque se registraron bajas con el correr de los días. En medio de esta madeja de números, plataformas digitales, empresas y magnates, ¿qué sucede en el mundo financiero?

“La situación financiera en el mundo está frágil y volátil”, dice Guido Zack, docente e investigador de la Escuela de Economía y Negocios de la UNSAM. Según el informe Perspectivas Económicas Mundiales elaborado por el Banco Mundial, se espera que la economía crezca un 4% este año, aunque no se prevé que la situación alcance los niveles previos a la pandemia. “Eso genera que la recuperación a distintas velocidades produzca distintas variaciones en las tasa de interés que van adoptando los países. Por eso, mientras que Estados Unidos ya empezó a subir la tasa de interés, Europa todavía no”, completa el economista.

Mientras que la recuperación viene lenta, la especulación en torno a las criptomonedas avanza rápido, en un contexto en el que los bancos centrales del mundo siguen inyectando dinero para paliar los efectos de la crisis. “Hay miles de inversores pequeños abriendo cuentas y comprando activos a través de plataformas digitales. Con estos nuevos instrumentos podés comprar acciones e invertir en casi cualquier cosa. Puntualmente las criptomonedas aparecen como un activo financiero adicional, que han tenido un impulso de precios enorme y una volatilidad enorme. Hay un aumento en la oferta, una facilidad, un abaratamiento en términos de condiciones con una enorme cantidad de activos que generan incertidumbre”, dice Dal Poggetto.

La economista, a su vez, advierte sobre la desigualdad de condiciones entre los nuevos inversores “pequeños” y los “grandes”. “Para obtener beneficios con este tipo de activos, necesitás estar muy encima”, dice y argumenta: “Los inversores de largo plazo tienen la posibilidad de comprar algunos activos que los cubrirán en un mundo que podría ir hacia una debilidad de la moneda tradicional. Las nuevas tecnologías y la multiplicidad de instrumentos, que si bien democratizan el acceso para los inversores minoristas, también generan una enorme incertidumbre sobre cómo diversificar, cuándo entrar y cómo salir, en un contexto con una enorme volatilidad”.

Guido Zack

Desregulado

La oferta monetaria del bitcoin, es decir la cantidad que circula en el mercado, se puede conocer exactamente desde la actualidad hasta el año 2143. Esto es así porque al momento de ser creada, el enigmático Satoshi Nakamoto estableció que cada 10 minutos se emitirán 6,25 bitcoin. Estas criptomonedas son entregadas a “los mineros”, que son los encargados de mantener la infraestructura funcionando, y para ello resuelven problemas de criptografía cada 10 minutos.

Pero este nuevo y creciente mercado financiero digital, ¿tiene injerencia en los PBI de los Estados? Guido Zack sostiene que aún es muy temprano para saberlo, pero advierte sobre posibles riesgos y beneficios: “Por un lado, el aumento de las criptomonedas genera un efecto riqueza. Cuando aumenta tanto su valor, como aumentó a principios de 2019, la persona que lo tiene cuenta con más capacidad de compra y eso puede estimular la economía. Por otro lado, si el bitcoin es cada vez más popular y le quita de algún modo el monopolio de la emisión monetaria a los estados, porque en algún punto lo que hace el bitcoin es privatizar la emisión monetaria, eso le puede quitar capacidad a los estados de hacer política económica”. 

Uno de los principales atractivos que encuentran los inversores en el mercado de instrumentos financieros digitales es la ausencia de los estados nacionales en la regulación de las criptomonedas. Entonces, ¿cuál es el rol de los estados frente a esta situación? 

“Que no haya regulación estatal puede generar señoreaje, porque si una empresa como Amazon puede emitir mil millones de dólares en moneda digital, se genera a sí misma capacidad de mejora. El riesgo es que sea una gran burbuja, pero también puede ser que no lo sea. Sólo nos vamos a dar cuenta si era una burbuja si en algún momento se pincha y pierde mucho valor de golpe. Pero hasta el momento no lo sabemos. Es algo muy nuevo, y al estar desregulado por el Estado, genera más volatilidad y más incertidumbre”, dice Zack.

Sebastián Valdecantos

Argentina, tus hijos

América Latina tiene una de las economías criptográficas más pequeñas por volumen de transacciones, solo por delante de África y Medio Oriente, según datos de la empresa de investigación de mercado Chainalysis. En uno de sus informes, la empresa sugiere que los usuarios de criptomonedas en Argentina, Uruguay, Colombia y Chile en particular están recurriendo a las criptomonedas como un medio para almacenar valor cuando sus monedas nativas están perdiendo valor.

Al respecto, Marina Dal Poggetto aclara que “para invertir en Argentina tenés comisiones altísimas en relación a lo que son estas plataformas a nivel global”. Si bien se podría pensar que la multiplicidad de plataformas digitales para acceder a los nuevos instrumentos de inversión deberían generar competencia, la economista señala que “al inversor minorista le queda tomar una posición de portafolio de mediano plazo y no puede jugar a trading como hacen los grandes inversores”. 

El país hoy tiene una tasa de inflación del 36% y en los dos últimos años los índices inflacionarios superaron el 50%. Además, el mercado de bonos argentinos está eclipsado por un Riesgo País de más de 1600 puntos básicos y hay una valoración del Merval que en dólares Contado con Liquidación hoy es menos del 10% de lo que era en 2017. Ante este escenario, Dal Poggetto explica: “En Argentina la capacidad de hacer diferencia frente a semejante dinámica de los precios de los activos es gigantesca si sabés cuándo entrar y salir. A nivel población, mientras no tengamos una estabilización de la macro, la verdad es que es muy difícil pensar en generar un mercado de créditos que te permitan colocar el ahorro y canalizarlo a la inversión”.

Nota actualizada el 5 de abril de 2021

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