Previstos para el 23 de julio de 2021, los Juegos Olímpicos de Tokio serán la gran cita deportiva del año. Tras su cancelación en 2020 por el brote de coronavirus, el primer ministro de Japón, Yoshihide Suga, informó que este año el evento no se suspenderá. “Tendremos todas las medidas antiinfecciosas implementadas y procederemos con la preparación y determinación necesarios para lograr que los Juegos generen esperanza y valor en todo el mundo”, aseguró.
La página oficial de los Juegos Olímpicos de Tokio 2021 marca que faltan 163 días, 20 horas, 53 minutos, 32 segundos y contando para su inicio. Sin embargo, los rumores sobre su postergación difundidos el 22 de enero por el periódico británico The Guardian y replicados en todo el mundo escalaron en la agenda deportiva.
Por suerte, las voces oficiales en seguida desmintieron la noticia. El Comité Olímpico Internacional (COI) publicó ese mismo día un comunicado en el que aseguró: “Algunos reportes informativos afirman que el gobierno de Japón decidió de manera privada que los Juegos Olímpicos de Tokio sean cancelados por el coronavirus. Esto es categóricamente falso”. Asimismo, el primer ministro de Japón, Yoshihide Suga, afirmó durante la apertura de sesiones parlamentarias que los Juegos se realizarán. “Tendremos todas las medidas antiinfecciosas implementadas y procederemos con la preparación y determinación necesarios para lograr que los Juegos generen esperanza y valor en todo el mundo. Los Juegos serán una prueba de la victoria humana sobre el coronavirus”, informó.
Poco después, representantes de la Comisión de Atletas, federaciones internacionales y comités olímpicos nacionales se reunieron por videollamada. El presidente del COI, Thomas Bach, aseguró que los Juegos “se hacen o se hacen”. Por su parte, en representación de la Comisión de Atletas del Comité Olímpico Argentino (COA), Santiago Lange (Oro en Río 2016) y María Julia Garisoain (exremera olímpica, hoy dirigente del COA), contaron que en febrero “se publicará un manual sobre los protocolos y formatos de los Juegos para todas las personas que viajen a Tokio”.
Durante los primeros meses de 2020, muchxs atletas tuvieron que pausar o replanificar su entrenamiento. En una charla con estudiantes de la ETER, Germán Chiaraviglio, garrochista olímpico que pasó por la Diplomatura en Política y Gestión Deportiva de la UNSAM, contaba cómo entrenaba en su casa: “Intento hacer rutinas interesantes. Las primeras semanas fui muy creativo con los ejercicios, pero llegué a un punto en que ya no se me ocurre nada. Cuesta entrenar en estas circunstancias”. No obstante, sobre la suspensión de los Juegos, Chiaraviglio admitió que le pareció “muy responsable y atinada”. Ocho meses después, con la mira puesto en Tokio 2021, el atleta ya entrena con normalidad, aunque sabe que será un año atípico. “Habrá incertidumbre sobre los torneos y el calendario habitual. Se irá viendo día a día, mes a mes”, dice. En cuanto a sus rivales, Chiaraviglio cree que “hay una desventaja” para los sudamericanos respecto de los europeos, que por estar más cerca entre sí tienen la posibilidad de competir varias veces. “Lo que históricamente fue una desventaja en mi deporte, en este momento se acentúa. Las restricciones para viajar y las dificultades para entrar a los torneos —aislarse, hacer cuarentena e hisoparse— son otra barrera que se suma a la histórica, que es la cuestión geográfica y económica”, evalúa el garrochista.
Chiaraviglio no es el único atleta que se siente en desventaja. Agustín Destribats, luchador olímpico que hoy se prepara en Rusia tras ocho meses de inactividad, cuenta: “Acá el entrenamiento se frenó una o dos semanas. Por lo tanto, los luchadores rusos tendrán ventaja en relación con competidores de otros países porque siempre se mantuvieron entrenando”. Destribats fue el primer luchador argentino en conseguir su pasaje a los Juegos, en marzo de 2020. Por su parte, Agustín Vernice, competidor en canotaje de velocidad, espera que “los últimos meses de preparación para los Juegos me encuentren en igualdad de circunstancias con el resto de los competidores”. Algo que ya la sucede a Santiago Grassi, nadador olímpico clasificado para Tokio, quien se siente mucho mejor que en 2020, cuando no podía entrenar en la pileta: “Durante el aislamiento hice mental coaching. Fue la primera vez que entrené mi mente y eso me cambió mucho la perspectiva”. Grassi siente que el cambio de calendario influyó en su preparación “de manera muy positiva” y ahora sueña con disfrutar “de lo que nos merecemos, que es competir en los Juegos Olímpicos”.
La ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Tokio 2021 está programada para el viernes 23 de julio.