En la segunda conferencia del ciclo Aníbal Enrique Cetrangolo presentará el pasaje de la prima ópera –nacida en las cortes de Florencia y Mantua– a la opera empresarial, cuyo origen fue en Venecia en 1637. La presentación se centrará en el desarrollo de las fuertes consecuencias que dicha transición produjo en la relación entre texto, teatro y música. La primera ópera –la del 1600– es, lo que se conoce como “recitar cantando”, es decir, la ópera que propone una vuelta a la tragedia griega. En ella el elemento musical es un elemento marginal que está al servicio de la recitación del actor. Cuando la opera llega a Venecia, se invierte la relación entre la música y la trama narrada. La ópera pasa a ser un negocio y para hacer rentable el espectáculo, el argumento tiene que ser atractivo, a veces procaz. El público debe ser seducido con dos elementos: la máquina escénica y el elemento musical. El resultado de este pasaje es obviamente, la distancia o incluso la ruptura que se produce entre el intelectual erudito y el músico, hasta hoy no sanada.

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