Escuela IDAES

¿Qué pasó con Vicentin?

Alejandro Gaggero, autor junto a Gustavo García Zanotti del informe “El proceso de vaciamiento de Vicentin. Transformaciones de su estructura productiva, dinámica financiera e intercambio comercial”, explica alguna de las claves para entender cómo se dio el hundimiento de uno de los grupos empresariales más importantes de Argentina.

“El grupo Vicentin era el símbolo de un empresariado argentino que había sobrevivido a la década del ’90 y que había experimentado un crecimiento muy fuerte” asegura Gaggero, que se especializa en el análisis de las estrategias empresariales de grupos económicos nacionales, y es uno de los directores del Centro de Estudios Sociales de la Economía (CESE). Junto con el economista Gustavo García Zanotti,  el investigador fue convocado por el Banco Nación para elaborar el informe que analiza el proceso de vacimiento de la empresa. El trabajo, que fue presentado como prueba ante la justicia, analiza la conformación del grupo y describe cómo, en los últimos años, transfirió gran parte de sus activos al exterior. Esto le permitió, entre otras cosas, seguir desprendiéndose de activos durante 2020, aún después de las restricciones impuestas por la quiebra.

“Lo que se ve es que un conglomerado empresarial que se presentaba como un grupo familiar vinculado al mundo agroindustrial, hizo una trayectoria que lo llevó a desarrollar una estructura y división de poder muy parecida a las de las empresas multinacionales”, explica el sociólogo. En este sentido, Gaggero detalla que, si bien Vicentin mantuvo gran parte de su estructura productiva en la Argentina, fue transferiendo la propiedad de sus empresas a firmas en otros países, fundamentelmente en Uruguay. Este proceso de “offshorización”, como lo denomina el investigador, es clave cuando los acreedores locales reclaman sus deudas ante una empresa cuyos activos, literalmente, se esfumaron. “Esto tiene el agravante -detalla Gaggero- de que se trata de una empresa que por ser nacional recibió muchos beneficios por parte del Estado”.  Y subraya: “hubo un proceso de vaciamiento de Vicentin Argentina hacia las empresas uruguayas . Eso es muy relevante porque, cuando se produjo la expropiación de la empresa, el proceso de intervención era sobre Vicentin SAIC, pero buena parte de los activos hoy no están ahí, y eso es un gran problema”.

 

 

¿Qué paso con los activos de Vicentin? Según la investigación, en febrero de 2020 Vicentin SAIC declaró un patrimonio neto inferior a los 100 millones de dólares cuando, apenas seis meses antes, había declarado casi diez veces más. “Hay una caída patrimonial inexplicable”, afirma al respecto Gaggero, quien detalla que “se esfumaron” gran parte de los granos que el grupo había declarado en su poder tras compras a los productores. En este sentido, el sociólogo señala que hay dos hipótesis que la justicia debería investigar: que esos granos nunca estuvieron en poder de Vicentin, y los declararon para “inflar” su patrimonio; o que efectivamente sí pertenecieron al grupo, pero se escondieron y vendieron irregularmente, a través de grupos empresariales amigos. En este sentido el investigador cuenta que “lo que uno ve cuando analiza la caída es no solo que el Estado tuvo un rol casi cómplice en el proceso, sino que también la contabilidad del grupo era tan precaria y engañosa, que fueron acumulando problema tras problema, y eso quedó al descubierto cuando explotó todo”.

A lo largo de años, Vicentin acumuló una deuda que supera los 1400 millones de dólares, de los cuales 300 pertenecen al Banco Nación. ¿Para qué se utilizó este financiamiento que, hoy, parece imposible de recuperar? “No lo utilizó para avanzar en el proceso como exportador, por ejemplo exportando bienes más complejos, con más valor agregado, o para potenciar esas exportaciones multiplicándolas por dos o por tres” relata Gaggero. Por el contrario, lo que hizo fue iniciar un proceso de diversificación que llevó al grupo a comprar empresas en distintos sectores de la economía como frigoríficos, bodegas, o una parte de la láctea Sancor. “Esas empresas en las que Vicentin invirtió hoy en su mayoría están radicadas en Uruguay. Es un problema enorme, y el Estado lo vio desde afuera”, remarca el sociólogo.

“Hay un proceso global y complejo, que es cómo las empresas logran tener una estructura donde sus activos son transferidos a compañías en otros distritos, en general con ventajas impositivas”, señala el autor del informe. Y concluye: “el desafío del Estado está en hilar fino, y tratar de establecer algún tipo de negociación con estos empresarios. Si no tenemos un Estado que asuma ese rol con más vehemencia, le vamos a seguir dando préstamos o subsidios a empreas que terminan como terminó Vicentin”.

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Nota actualizada el 20 de octubre de 2020

Un comentario

  1. Luis Maresca dice:

    Si hay temas importantes en este mundo que nos toca vivir, este es el primero, pues vislumbra un futuro donde lo financiero evasor dominará todos los terrenos, dejando a las sociedades inmóviles y sin capital. Incluyendo entre sus capasidades, la de victimizarce y de esta manera mejorar aún su accionar. . .
    En fin, la pregunta es, como lograr desemmascarar estas acciones y lograr una reutilización de esos flujos de capital para un funcionamiento de las estructuras de trabajo ” más eficiente ” ?

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