Frente a la inédita contracción de la actividad económica que tuvo lugar en abril, el empleo formal en el sector privado tuvo una caída significativa: en sólo un mes, la cantidad de asalariados se redujo en 128 mil.
A pesar de la dimensión de caída, las políticas públicas destinadas a mitigar el impacto de la pandemia sobre el trabajo están teniendo efectos positivos observables. Durante esta crisis el empleo cayó 0,2 puntos por cada punto de disminución de la actividad económica (relación similar a la del año 2009). Por oposición, en el año 2002 el empleo había caído 0,9 puntos por cada punto de caída de la actividad económica.
El empleo formal habría moderado su caída durante mayo y junio. Por caso, el 38% del total del empleo registrado se localiza en provincias que en junio tuvieron una caída menor al 20% de la movilidad hacia los puestos de trabajo (respecto de principios de año).
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