En Estados Unidos, cerca de 10 millones de personas solicitaron el seguro de desempleo durante las últimas dos semanas. En el Reino Unido, los resultados de una encuesta muestran que el 57 % de los trabajadores vio reducidos sus ingresos como consecuencia de la pandemia y el 8 % de quienes tenían un empleo ya lo perdió. Algunas realidades empiezan a dar forma a un horizonte preocupante.

En ese marco, la gran mayoría de los Estados anunció la puesta en marcha de distintas iniciativas destinadas a fortalecer al conjunto de la economía, con particular acento en los sistemas de salud.

La Argentina atraviesa esta situación en un escenario que ya era de alta fragilidad. Con la proliferación del virus y el aislamiento social implementado para reducir el contagio, la actividad económica experimenta un cimbronazo que podría ser un duro golpe al ya afectado tejido sociolaboral de nuestro país. Empezando por el sistema de salud público, de lo que se trata es de recuperar a toda velocidad las capacidades del Estado para contener la propagación del virus y aplanar la crisis laboral.

En este informe compartimos un análisis de las políticas implementadas en los ámbitos nacional e internacional destinadas a mitigar el impacto de la crisis sanitaria en el empleo, y de aquellas que pueden avizorarse como los posibles legados de esta situación para el mundo del trabajo.

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