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La investigadora y docente del Instituto De Altos Estudios Sociales, especialista en antropología de la salud y ruralidad, habla del impacto del aislamiento social obligatorio en las zonas rurales y periurbanas de la Provincia de Buenos Aires.
Para entender cómo impacta la pandemia y la cuarentena en otros lugares del país alejados del área metropolitana, ¿cuáles son las características de lo que desde los grandes centros urbanos llamamos “zonas rurales”?
En las áreas rurales de Argentina hay un desdibujamiento de la condición del campesino por la concentración de la propiedad de la tierra que implica el agronegocio. Pensar en el campo no es pensar en población rural aislada, sino en áreas residuales en los bordes en una serie de espacios que quedaron en transformación y tienen que ver con que la agricultura intensiva que recibe inversión financiera externa a la localidad, lo que despobló los núcleos urbanos que, por ejemplo, habían crecido alrededor de estaciones de ferrocarril. Entonces, hoy muchos paisajes rurales se componen de un criadero de pollos, diez casas y gente que se traslada a trabajar porque hace trabajos como contratista o peón. El pueblo más pobre de la Argentina donde se lanzó la Tarjeta Alimentaria es Concordia. Su entorno pasó de ser una zona de producción de cítricos de productores medianos y pequeños con generación de trabajo para cosecheros locales, a ser una zona foresto-industrial. La forestoindustria no demanda mano de obra y toda la población que reside se empobreció.
¿La estructura sanitaria de estas zonas está preparada para enfrentar la pandemia?
La estructura sanitaria de esos lugares también está muy debilitada porque no se reconocen como poblaciones pujantes. En el caso de que tuviesen infección por coronavirus lo primero que va a pasar es la derivación a los centro de alta complejidad en los sectores urbanos, porque en los casos más graves se demanda atención médica muy especializada. Entonces, es mucho más probable que se agrave el cuadro y que la gente muera si está alejada del centro de atención. Además, el traslado a esos centros es muy complejo según se ha visto con otras afecciones.
¿Qué sucede con las personas de edad avanzada en estas poblaciones?
Hay una publicación de la BBC Mundo que muestra un pueblo del norte de Italia donde apareció el primer muerto por coronavirus. Es un pueblo de 3 mil habitantes donde la persona que murió tenía 91 años y no había viajado nunca fuera del pueblo. Allí lograron controlar la trasmisión mediante una campaña muy agresiva de cuarentena. Sin embargo, relajaron las medidas porque bajó la mortalidad aún cuando seguía habiendo infectados asintomátios en otros pueblos. Eso desencadenó un brote tan fuerte que afectó primero al grupo de riesgo de edad y después a toda la población en general cuando el virus empezó a circular a nivel comunitario. Los infectólogos dicen que nunca hubo un virus con tanta capacidad de contagio en tan poco tiempo, lo que hizo colapsar el sistema médico. Esto demuestra que aún en lugares aislados, como Catamarca, donde aún no hay transmisión activa, es importante permanecer en aislamiento.
¿Cuáles son los efectos de la cuarentena en las zonas periurbanas?
La cuarentena también genera un escenario epidemiológico en determinadas poblaciones. Nosotros las caracterizamos como patologías del encierro. Tienen consecuencias dentro del área urbana que está ruralizada, como en José León Suárez, donde baja la infraestructura y hay menos servicios. En barrios de José León Suárez, como Libertador, Carcova o Costa Esperanza es muy difícil porque están asentados sobre un terreno de basural con altos niveles de hacinamiento dentro de las viviendas y muy densamente poblados. Una cosa es hacer la cuarentena en un departamento de dos ambientes con balcón y todos los servicios y otra es tener una casa donde aunque la quieras limpiar no podés porque no tenés agua, el suelo es relleno de basural y puede ceder. Además, por las condiciones sanitarias es muy probables que los chicos contraigan hepatitis o diarreas por estar mucho tiempo encerrados allí, porque al no salir aumenta la posibilidad de contacto con patógenos que están dentro de la casa. Por esto es muy importante la presencia del estado municipal garantizando el acceso a la lavandina, el jabón en los casos que esté garantizada agua corriente y el alcohol en gel en los barrios con déficits de agua segura.