Durante la presentación de su libro Las fronteras del neoextractivismo en América Latina, Maristella Svampa conversó con Martín Bergel, especialista en historia contemporánea de América Latina, sobre la relación del neoextractivismo con la crisis socioecológica de la región. “En América Latina no se puede no hacer una interrogación sobre las transformaciones de la sociedad si no incluimos la dimensión territorial”, dijo Svampa.

El neoextractivismo avanza sobre los territorios a partir de formas de producción como la sojización, la megaminería o el fracking que generan enormes efectos negativos. “El libro de Svampa propone un conjunto de conceptos para pensar los procesos contemporáneos. Ella desarrolla sus ideas en diálogo con una serie de autores que configuran un pensamiento ambiental latinoamericano”, señaló Bergel.

Svampa propone las categorías de neoextractivismo y de consenso de las commodities como ventanas privilegiadas para leer la crisis actual analizando sus fases desde 2003 hasta la actualidad. “En la marca de origen de América Latina está el extractivismo. Hablamos de neoextractivismo, porque a partir del 2000 se ve una multiplicación de formas de extracción que van más allá de la minería y las plantaciones de monocultivo. La megaminería a cielo abierto, el fracking y las energías extremas, el agronegocio y sus diferentes modalidades y las megarrepresas tienen una lógica común que está ligada a la sobreexplotación de recursos naturales, cada vez más escasos, orientados a la exportación”, explicó la socióloga.

El libro también aborda las resistencias sociales y las nuevas gramáticas políticas a partir del concepto de giro ecoterritorial. “Hay una mayor presión del capital sobre las materias primas y la energía para mantener los modelos de consumo. Esto repercute sobre los territorios en términos de desposesión y procesos de criminalización. El contexto en el que se da todo esto es el de la crisis socioecológica. Los combustibles fósiles son uno de los más agravantes de la crisis climática que hoy vivimos”, amplió Svampa.

Svampa y Bergel también conversaron sobre el vínculo del neoextractivismo con la cuestión de género. “En esos territorios extractivos, los problemas que ya existen en la sociedad se exacerban. En los espacios hipermasculinizados, generados por la minería y el petróleo, se refuerza el patriarcado. En esos contextos, las mujeres son muy violentadas. Pero no solo como violencia de género sino como violencia política. Las mujeres son también protagonistas de las luchas. Han colocado el cuerpo para denunciar la lógica extractivista, la destrucción de los territorios, la defensa de la vida. Se construye una narrativa ecofeminista, ligada a los feminismos populares. Esta es la otra cara del fenómeno extractivo”, dijo Svampa.

En ese sentido, ambos investigadores coincidieron en la necesidad de una visión holística de la crisis socioecológica aplicada a la política, la economía y las territorialidades. “Desembocamos en una crítica civilizatoria más amplia, una reflexión más general en clave de Antropoceno. Durante mucho tiempo, en el Norte la gran problemática ha sido el cambio climático, mientras que en el Sur ha sido el neoextractivismo. Hoy estas dos problemáticas están más articuladas, pero costó mucho. Con esto quizás pueda darse una mirada más integral”, concluyó Svampa.

La nueva colección Calas de UNSAM Edita está orientada a estudiar las crisis de América Latina. La serie recupera la investigación interdisciplinaria que se desarrolla en el Centro Regional Cono Sur del Centro Maria Sibylla Merian de Estudios Latinoamericanos Avanzados en Humanidades y Ciencias Sociales.