Referentes de distintas disciplinas y sectores vinculadxs con la temática conversaron en el Desayuno-Debate sobre Explotación de Personas organizado por el Programa de Estudio, Formación e Investigación sobre Trata y Explotación de la UNSAM.
“Uno de los ejes centrales del PEFITE es la producción de un conocimiento académico que nos permita incidir en las políticas públicas del Ejecutivo así como producir herramientas adecuadas para el desarrollo de proyectos desde lo legislativo”, dijo Alika Kinan, activista por los derechos de las mujeres, sobreviviente del delito de trata y directora del Programa de Estudio, Formación e Investigación sobre Trata y Explotación (PEFITE) de la UNSAM en la apertura del encuentro. Fue el martes 3 de septiembre en el Auditorio Tanque del Campus Miguelete.
Kinan aclaró que se trata de “un trabajo a largo plazo” y adelantó: “Esperamos presentar investigaciones lo antes posible y generar más programas de estudio trasversales a todas las carreras que otorguen todos los conocimientos necesarios para entender los sistemas de explotación y trata de personas en la Argentina”.
Participaron del debate Cecilia “Checha” Merchán, militante feminista, diputada y presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Parlasur; Eduardo Rauch, delegado ATE de la Inspección General de Justicia; Dora Barrancos, referente del feminismo, investigadora y escritora; Marcelo Colombo, fiscal general a cargo de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX); Alexandre Roig, secretario académico de la UNSAM y especialista en estudios sociales de la economía; Ana Copes, coordinadora del Comité Ejecutivo para la Lucha Contra la Trata de Personas; Mauricio D’ Alessandro, secretario adjunto de ATULP y secretario de FATUN; y Gustavo Ponce, especialista en problemáticas infanto-juveniles de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Moderó el panel Liliana Caruso, periodista especializada en temas policiales y judiciales.
Lxs invitadxs analizaron los sistemas de explotación y trata involucrando los planos jurídico, sociológico, económico, comunicacional y educativo, entre otros. Se analizaron las diferencias entre la reducción a la servidumbre y la explotación, y se discurrió sobre la base del salario, las condiciones de trabajo y la protección de lxs trabajadorxs.
Colombo explicó que una de las formas para identificar la explotación es la utilización de la variable del salario mínimo, vital y móvil. “Cuando la remuneración por una actividad es menor al 60 % del salario mínimo, la extensión de la jornada supera las 8 horas y está afectada la autodeterminación y dignidad de la persona, hablamos de explotación”, dijo.
Por su parte, Rauch retomó la definición marxista de “explotación”, según la cual, en la sociedad capitalista, todas las personas son explotadas. Esto generó diferentes lecturas entre lxs panelistas, desde la “súperexplotación” aludida por Merchán hasta la caracterización de diferentes niveles de explotación. “La explotación es mucho más que una relación, es una estructura en la que se imbrican múltiples dimensiones: la económica, la social, la política y la sociológica, entre otras”, dijo Roig, quien agregó: “El centro de la explotación en el capitalismo actual dejó de ser la propiedad para transformarse en el control de las tecnologías de la dominación”.
Kinan cerró el encuentro con la promesa de futuros debates. “Este primer desayuno nos aportó muchos ideas y planteos, y abrió nuevas preguntas que incluiremos en los encuentros programados para los próximos meses”.
al finalizar la actividad.