Escuela de Ciencia y Tecnología, Escuela de Política y Gobierno, Notas de tapa
El dominio de la internet más poderosa del mundo es uno de los nudos centrales en la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Los docentes e investigadores de la UNSAM Carlos Canal y Maximiliano Vila explican los detalles del conflicto tecnológico y político.
En marzo de este año, el cirujano chino Ling Zhipei operó a un paciente con parkinson ¡a 3 mil kilómetros de distancia! El equipo médico manipuló los instrumentos quirúrgicos con una computadora desde la ciudad de Sanya para realizar la intervención en el Hospital General de Beijing. “Apenas se sintió que el paciente estaba a esa distancia”, dijo el médico. Para lograr esta hazaña en tiempo real fue necesario contar con una conexión confiable y lo suficientemente rápida: la tecnología de internet 5G o redes de quinta generación.
Ya no es necesario subirse al DeLorean junto a Marty McFly para ver vehículos autónomos, gafas de realidad virtual, intervenciones quirúrgicas remotas y control de armamento a grandes distancias. El futuro llegó hace rato, pero por el momento esas experiencias se llevan a cabo en laboratorios. Pronto serán cotidianas gracias a la tecnología 5G.
“El concepto de 5G es el de una red de datos inalámbrica con mucha capacidad, poca latencia, gran velocidad y mucho ancho de banda. La idea es construir redes inalámbricas móviles y públicas que permitan grandes volúmenes de información”, cuenta Carlos Canal, docente e investigador de la Escuela de Ciencia y Tecnología (ECyT) de la UNSAM.
Una tecnología tan abarcativa no puede estar exenta de controversias. La pelea por el 5G es una de las batallas principales en la guerra comercial entre Estados Unidos y China. El detonante del conflicto se produjo en diciembre del año pasado, cuando Meng Wanzhou, vicepresidenta e hija del fundador de la multinacional de tecnología china Huawei, fue arrestada en Canadá, acusada por el gobierno de Donald Trump de no respetar las sanciones comerciales contra Irán.
El conflicto en torno al 5G se enmarca en el avance de la nueva ruta de la seda. Se trata del gran proyecto comercial de conectividad internacional e infraestructura marítima y terrestre entre China y el mundo. Maximiliano Vila, docente e investigador de la Escuela de Política y Gobierno (EPyG), habla de la ruta de la seda digital: “Hay empresas chinas de internet como Huawei que se están internacionalizando, construyendo una infraestructura digital en países en desarrollo. Esto generó una preocupación fuerte en Estados Unidos porque sus empresas digitales Amazon y Apple ahora tienen competencia”.
Una de los ataques más fuertes de esta guerra comercial lo lanzó Estados Unidos en mayo de este año, cuando en respuesta a la decisión china de imponer la suba de aranceles a ciertos productos estadounidenses que ingresan al país, Trump prohibió el uso de equipos de telecomunicaciones de compañías extranjeras a las empresas norteamericanas. Sin nombrarla, la medida apuntó directamente a Huawei. Para frenar su expansión, Estados Unidos acusó a la empresa de espionaje con el argumento de que, por ser estatal, habilitaría el acceso del Gobierno chino a la información circulante en sus redes de 5G. “El miedo es que si esos diseños están bajo el control de China van a ser fácilmente manipulables, como si las tecnologías estadounidenses no lo fueran. Dicen que hay mucho peligro, que los servicios chinos van a usar estas nuevas infraestructuras para acceder a datos críticos. En realidad, todo lo digital es vulnerable. Ellos dicen que es vulnerable porque es chino, pero el de ellos también lo es”, asegura Vila.
Al respecto, Canal dice que el cúmulo de información que manejan las empresas de internet es “abrumador”. “Todo está en la nube. Estados Unidos se dio cuenta de que ya no controla este negocio porque los chinos tienen una presencia muy importante. Eso es lo que más ruido les hace y por eso en esta guerra comercial la batalla tecnológica es tan importante. En el mundo de hoy la hiperconectividad hace que nuestras vidas giren en torno al celular. Los que controlan las bases de datos saben donde estás, por dónde te movés, qué intereses tenés y hasta las 120 veces por día que abrís la pantalla”.
Uno de los escándalos más resonantes en materia de ciberespionaje se hizo público en 2013, cuando Edward Snowden difundió los documentos clasificados de varios programas de la Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos a través de los periódicos The Guardian y The Washington Post. En enero de este año, Huawei fue acusado de “espionaje contra los intereses polacos” y uno de sus directivos fue detenido.
“Hay una contradicción evidente que expone el doble discurso de esta guerra geopolítica mayor y que, en sí mismo, no tiene que ver con una posible vulnerabilidad del 5G. Estados Unidos se creyó que siempre iba a estar en la frontera y que nadie lo iba a superar. Hay muchas tecnologías en las que China los está superando”, cuenta Vila.
Huawei lidera hoy el mercado de smartphones con la venta de 300 millones de equipos por año. Lo siguen la china Xiaomi, la estadounidense Apple y el conglomerado de multinacionales Samsung. En el despliegue de las antenas de 5G, el gigante chino también lidera el mercado y, a pesar de los intentos estadounidenses por detener su crecimiento, sigue expandiéndose por todo el mundo, incluso en países aliados con Estados Unidos.
Inglaterra e Italia no prohibieron el ingreso de Huawei y las redes de 5G continúan en licitación. En países de Latinoamérica como Chile —único país de la región que participó del Foro Mundial de la Nueva Ruta de la Seda— y Brasil ya se ven avances. “Incluso el Gobierno argentino actual, muy proestadounidense, aún no ha tomado ninguna decisión. Pero el embajador argentino en China, Diego Guelar, visitó la sede central de Huawei en Shenzhen”, concluye Vila.