Las Jornadas Internacionales Universidad, Intelectuales y Política reunieron en el Campus Miguelete a destacados referentes académicos, quienes reflexionaron sobre la Reforma Universitaria a 100 años del suceso. Un homenaje a los líderes estudiantiles de 1918 y las implicancias actuales del ideario reformista.
A mediados de 1918 estallaba en Córdoba el proceso de la Reforma Universitaria, un acontecimiento que repercutió en las distintas juventudes universitarias dando origen a un activo movimiento político-cultural en toda Latinoamérica. Entre las inquietudes reformistas se encontraban no solo el reclamo por la democratización de las casas de estudio sino también la construcción del estudiante como un actor social inscripto en la contienda política.
Ríos de tinta fluyeron desde la histórica gesta estudiantil, los cuales buscaron rememorar las ideas de Deodoro Roca y Saúl Taborda y de las decenas de jóvenes rebeldes de saco y corbata que marcaron la historia de la universidad latinoamericana. Hoy las universidades de la región resisten los embates de la política corporativa, mientras las viejas consignas de la Reforma resuenan con más vigencia que nunca.
En el marco de las Jornadas Internacionales Universidad, Intelectuales y Política de la UNSAM, diversos referentes del campo intelectual latinoamericano reflexionaron durante dos días en el Campus Miguelete sobre los ecos de la Reforma en el continente.
Las palabras de apertura del evento estuvieron a cargo de la decana de la Escuela de Humanidades (EH), Silvia Bernatené, quien rememoró los ideales reformistas y opinó sobre la necesidad de una renovación pedagógica: “Sería bueno que las universidades pudiéramos traccionar algunas ideas renovadoras a la luz de la historia y las políticas educativas”. En esa línea, el secretario de Investigación de la EH, Claudio Ingerflom, llamó a “celebrar el centenario de la Reforma, esa gesta histórica que no pasa, que no termina de pasar”.
La primera actividad de la jornada fue un diálogo entre el director del Centro de Documentación e Investigación de las Culturas de Izquierdas (CeDInCI), Horacio Tarcus, y el investigador Carlos Altamirano. Consultado sobre la génesis de la Reforma, y en alusión al primer Gobierno democrático electo mediante el voto popular, Altamirano respondió: “Yo hablaría de una democratización de la educación que fue correlativa a la democratización política iniciada en el país a partir de 1916”. Por su parte, Tarcus habló sobre las conquistas del movimiento estudiantil y los traspiés que sufrió a lo largo de la historia. “La constitución de la juventud como sujeto político y la articulación latinoamericana de un movimiento constituyen un gran avance, pero con retrocesos y momentos críticos, como el golpe de 1930 o la situación actual”, opinó.
¿Cómo influyó la Reforma Universitaria en el contexto actual? ¿Cuál fue el legado de los estudiantes cordobeses? ¿Qué impacto tuvo el movimiento en el resto de América Latina? Esas fueron algunas de las preguntas formuladas en el transcurso de la Jornada.
En la mesa “Las universidades argentinas a la luz de la Reforma del 18”, los investigadores Diego Hurtado, Mario Pecheny, Laura Rodríguez, Eduardo Rinesi y Darío Púlfer se refirieron a la situación actual de la ciencia y la educación superior. “En la Argentina no es verdad que los pobres tengan la misma posibilidad que los ricos de acceder a la universidad. Se equivoca la gobernadora Vidal cuando dice que ninguno llega, debería haber dicho que llegan pocos y que las tasas de graduación de los pobres son mucho más bajas que las de los ricos. Hay que corregir eso, ese es el verdadero legado de los muchachos del 18. Lo que hay que hacer es política, porque hacer política hace la diferencia”, remarcó Rinesi.
La herencia de la Reforma en la región fue abordada por los investigadores Eduardo Portocarrerro, de la Casa Museo José Carlos Mariátegui (Perú); Gabriela Pellegrino, de la Universidad de São Paulo (Brasil); Vania Markarian, de la Universidad de la República (Uruguay); y Pablo Stefanoni y Luciana Anapios, de la UNSAM. “En la primera mitad del siglo XX, la generación uruguaya que consolidó el poder de la universidad vio en la Córdoba del 18 un pasado a superar. Se trató de una generación modernizadora. Con la insurgencia estudiantil de 1968 se volvió a poner la Reforma Universitaria como ejemplo de lucha resaltando sus logros”, destacó Markarian.
El cierre de la Jornada estuvo a cargo del rector Carlos Greco, quien propuso continuar con la tradición reformista: “Para formar la universidad del siglo XXI, hoy tenemos que resolver diversos temas, pero sin abandonar el legado de la Reforma. Las universidades tenemos que escribir el nuevo Manifiesto Liminar del siglo XXI”.
De esa manera se recuperaron los postulados del histórico Manifiesto Liminar, que a 100 años de su publicación parecen continuar vigentes: “Los dolores que quedan son las libertades que faltan”.
También participaron de las jornadas los investigadores José Casco, Martín Bergel, Natacha Bacolla, Ana Clarisa Agüero, Pablo Buchbinder, Alejandra Mailhe, Ricardo Martínez Mazzola, Patricia Funes y Esteban de Gori.
Muestra y libros
La jornada estuvo acompañada por la muestra Las revistas estudiantiles y la Reforma Universitaria (1908–1928), compuesta por ejemplares de las revistas universitarias de la primera mitad del siglo XX (Tribuna Universitaria, Clarín y los boletines de la Federación Universitaria de Buenos Aires y de la Federación Universitaria Argentina, entre otras) y curada por las investigadoras del CEDINCI Natalia Bustelo y Eugenia Sik. La muestra está expuesta en el subsuelo de la Biblioteca Central hasta el 30 de noviembre.
Además, se presentaron los libros Todo lo que necesitás saber sobre la Reforma Universitaria, de Natalia Bustelo, y la colección Dimensiones del Reformismo Universitario, de la editorial de la Universidad Nacional de Rosario.