Durante el período de crecimiento experimentado por la economía argentina entre los primeros trimestres de 2016 y 2018 la productividad apenas se incrementó. El empleo total aumentó, pero su composición evidencia un incremento de los trabajadores independientes, con menores ingresos y derechos. Durante la fase expansiva la ganancia de las empresas consiguió el incremento más significativo.
Entre los primeros trimestres de 2016 y 2018 la actividad económica logró expandirse en un 3,8 %. En el mismo período la productividad apenas creció un 0,4 %). El proceso de desregulación y liberalización de los mercados dio como resultado que la apropiación de ese crecimiento quedara en manos de las empresas. La reducción de los ingresos percibidos por los trabajadores (analizados en su conjunto) obedeció a la intensificación del proceso inflacionario y a que la mayoría de los puestos creados presentó características precarias (con ingresos inferiores a las modalidades ocupacionales de mayor “calidad”).
Si bien el empleo en general aumentó durante el período analizado (3,5 %), lo hizo a costa de la incorporación de trabajadores independientes (con menos o sin derechos). En consecuencia, la modalidad que más creció fue la de trabajo independiente (6,1 %). En relación con el escaso dinamismo del empleo asalariado registrado, dicha expansión sugiere la existencia de un proceso de sustitución del empleo “de calidad” por el empleo “precario”.
¿Cómo se distribuyó el crecimiento de la economía entre los distintos factores que participan en el proceso productivo (asalariados, empresas y trabajo independiente)? La ganancia empresarial es la categoría que consiguió el incremento más significativo (3,3 %). En cambio, tanto los trabajadores asalariados como los independientes no evidenciaron una mejora de los ingresos.
Los asalariados no pudieron apropiarse del crecimiento de la economía que se produjo entre los primeros trimestres de 2016 y 2018 porque durante ese período se terminó configurando un escenario que podría resumirse como de “más empleo por menos ingresos y más precarización”.
La contratación de trabajadores independientes permite que las empresas aumenten la producción a través de la incorporación de más empleados sin que esto implique un incremento del costo total destinado a salarios y costos no salariales (remuneran a más trabajadores pero con ingresos más bajos y menos derechos). Así, las firmas logran apropiarse de gran parte de los ingresos adicionales generados por la expansión del nivel de actividad.
El análisis resulta relevante para proyectar cómo sería la reconfiguración de la estructura del mercado de trabajo y de la distribución del ingreso con la aplicación del tipo de políticas que sigue el gobierno, incluso si se llegara a revertir la actual etapa recesiva.
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