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El sector bancario y financiero mantiene altos márgenes de ganancia y la sustitución del empleo por capital tecnológico puede acomodarse en un cronograma compatible con la protección de los niveles generales de empleo. Sin embargo, en la próxima década, y aún en un contexto macroeconómico más favorable para los trabajadores, es esperable que se produzca un cambio relevante en la estructura ocupacional de la mayoría de sus actividades.
Las innovaciones tecnológicas tienen un impacto muy relevante en la esfera laboral: modifican tanto los procesos productivos y de gestión como las características de los puestos de trabajo. Mientras se sustituye mano de obra por capital en un sector determinado, en otras áreas de la actividad económica se genera más empleo y surgen sectores completamente nuevos. En otros casos, las transformaciones amplían las fronteras de incumbencia —como sucedió, por ejemplo, en la industria de la logística—.
El sector bancario de la Argentina posee un grado medio de incorporación tecnológica y desarrolla sus actividades en un marco regulatorio fuerte que se extiende al sector financiero y que es el producto de una serie de normativas surgidas como consecuencia de las crisis bancarias y financieras experimentadas por el país en las últimas décadas. Durante el período 2003-2015 la regulación de las transacciones transfronterizas, como la referida al funcionamiento de los bancos, tuvo por objeto desalentar la valorización financiera y estimular el financiamiento a la producción y el consumo.
Las características específicas del caso argentino han dado por resultado una expansión del empleo y un aumento de los salarios en el sector bancario que no se condice con la evidencia empírica de otros países en el mismo período. A pesar del desarrollo de la infraestructura de las telecomunicaciones y de internet y de la expansión de la financiarización en el ámbito mundial los datos disponibles de empleo y de salario tuvieron una sensible mejora.
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innovación tecnológica, sector bancario