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Los chicos de quinto año de la Escuela Secundaria Técnica de la UNSAM realizan talleres optativos en el Teatro Tornavía y la Biblioteca Central. Acompañados por el personal no docente de la Universidad, dan sus primeros pasos como sonidistas, técnicos en iluminación y catalogadores.
Por Gaspar Grieco | Fotos: Leandro Martínez
Todos los días y durante dos semanas, Maxi y Evelyn asisten al Teatro Tornavía para aprender el oficio de los técnicos en iluminación y sonido. Por su parte, Camila y Fátima van a la Biblioteca Central, donde ayudan a los usuarios con la búsqueda de libros y mantienen las estanterías en orden. Los cuatro son alumnos de quinto año de la Escuela Secundaria Técnica de la UNSAM y se encuentran realizando prácticas laborales en el Campus Miguelete.
Los talleres son una iniciativa conjunta de la Escuela Secundaria Técnica y el Rectorado, y fueron pensados para los alumnos de quinto año que deseen participar. Las prácticas se extienden durante dos semanas y se realizan de lunes a viernes en turnos extracurriculares de tres horas cada uno. El primer grupo de estudiantes ya está por finalizar la experiencia, pero pronto se abrirán otros talleres en distintos sectores del Campus.
Juan Karagueuzian, asesor pedagógico y regente del ciclo superior de la Escuela, explica la iniciativa: “Si bien nuestro objetivo es que los chicos sigan estudiando, muchos de ellos van a tener que volcarse muy pronto al mercado del trabajo. En ese sentido, y en respuesta al pedido de algunas familias, diseñamos este programa de talleres orientado a fortalecer las capacidades técnicas de nuestros estudiantes”.
El proyecto consta de dos etapas: en la primera, los chicos encaran experiencias de trabajo en la Biblioteca Central y en el Teatro Tornavía, que luego serán evaluadas sobre la base de su desempeño (puntualidad, asistencia, comprensión y cumplimiento de las consignas del trabajo, adecuación a las pautas mínimas de convivencia y trabajo en equipo). La segunda etapa tendrá lugar en 2018, momento en que los estudiantes accederán a otro nivel de prácticas de interacción con el mercado de trabajo formal.
Al respecto, el vicedirector académico de la Escuela, Alejandro Bergara, destaca que “la propuesta central es acompañar a los estudiantes para que desarrollen habilidades y capacidades generales propias del mundo laboral y de los trabajos que realizarán en el campus universitario”. En esa línea, aclara: “El desafío es que logren acreditar esos conocimientos para complementar la formación escolar y, al mismo tiempo, que se sientan estimulados en sus intereses y perspectivas de futuro laboral y estudiantil”.
Sobre su experiencia de trabajo con los técnicos del Teatro Tornavía, Evelyn cuenta: “Estoy aprendiendo a manejar las consolas y a preparar las luces del escenario. La música y los escenarios me encantan. No sabía nada y ahora estoy aprendiendo un montón de cosas”. Camila y Fátima también comparten su experiencia en la Biblioteca Central. “Nos enseñan cómo buscar los libros por números y letras. Al principio nos costó, pero después fue fácil. Los chicos que estudian en la Universidad piden computadoras y libros, y nosotros los ayudamos y llevamos un registro”, cuentan orgullosas.
Bien ahí!!