El miércoles 3 de mayo se realizó en el MALBA la apertura del primer Encuentro Internacional sobre Cine y Literaturas del Sur “Del libro a la pantalla”, organizado por la Cátedra Coetzee de la UNSAM. Durante el evento, el rector Carlos Ruta conversó con el premio Nobel de Literatura John M. Coetzee y con los cineastas Arturo Ripstein, Alicia Garciadiego y Tristan Bauer.
Por Gaspar Grieco | Fotos: Pablo Carrera Oser
“Nada mejor que la literatura y el cine para acceder a otra comprensión del mundo, entender los problemas que cruzan a nuestra sociedad y tener una mirada crítica. Que el roce con la vida intelectual de los artistas nos despierte a entender su vocación y su compromiso existencial con la verdad, la belleza y la justicia”, expresó el rector Carlos Ruta al inicio del primer encuentro “Del libro a la pantalla“, que se llevó a cabo en el auditorio del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA).
Tras agradecer a todos por su participación en la quinta edición de la Cátedra Coetzee Literaturas del Sur, coordinada por la investigadora Anna Kazumi Stahl—, Ruta definió a la UNSAM como una “experiencia de transformación” y un “laboratorio de la imaginación en el que coexisten el vuelo de la fantasía y el rigor técnico del entendimiento”.
Más tarde, el premio Nobel de literatura sudafricano John. M. Coetzee subió al escenario y, en español, dio inicio a la actividad. “La idea de la conferencia fue mía, pero fueron las autoridades de la UNSAM las que le dieron sentido y quienes hicieron el trabajo duro de organizarla. Quiero dar las gracias a todos ellos”, expresó.
Luego, el reconocido escritor contó que, durante el apartheid, Sudáfrica no tenía desarrollada la industria cinematográfica y que recién después de la revolución de Nelson Mandela “el país se volvió muy seductor para Hollywood”. “Una de las primeras películas hollywoodenses se filmó en Ciudad del Cabo, donde yo nací, pero el lugar verdadero no quedó bien representado y su historia quedó contada a través de la mirada que Hollywood tenía sobre la ciudad. Esa clase de películas no están hechas para la gente del Sur sino para consumidores del Norte”, relató Coetzee. En esa línea, aseguró que “el Norte transforma la realidad del Sur en su fantasía” y opinó que “los cineastas del Sur deben intentar hacer un cine independiente del Norte”.
Luego, el director de cine Argentino Tristán Bauer –uno de los organizadores del encuentro– entrevistó a los cineastas mexicanos Arturo Ripstein y Paz Alicia Garciadiego, quienes conversaron sobre cine a partir de la proyección de un fragmento del film Así es la vida –adaptación de la obra literaria Medea, de Seneca–, escrita y dirigida por ambos. “La posibilidad de hacer un cine diferente del Norte es lo que vuelve importante a este evento, porque los realizadores sudamericanos sabemos muy bien lo que sucede en Estados Unidos y Europa, pero poco sabemos de cine africano y australiano”, manifestó Bauer.
Más tarde, Garciadiego habló sobre la complejidad que conlleva adaptar la literatura al cine y sobre la dificultad que sufren los cineastas del Sur cuando intentan hacer una película por fuera de los estándares de la industria fílmica del Norte. “Por primera vez, México está dejando de pensar, cinematográficamente hablando, que portándose bien va a ser primer mundo. No vamos a ser primer mundo jamás, tenemos que aceptarlo, siempre vamos a ser un país pobre y eso tenemos que retratarlo”, opinó.
De izq. a der.: Paz Alicia Garciadiego, Arturo Ripstein y Tristán Bauer
Finalmente, Ripstein destacó el papel del guionista en el cine y afirmó que la cámara es la pluma del director y por eso debe ser un elemento vívido en la historia: “Si yo no tengo un guionista a la altura de mis ojos, pues no tengo buenos ojos. Yo trabajo mejor con escritores que con guionistas profesionales, porque tienen un espectro más amplio y no están pensando todo el tiempo en la película”.
El autor de El coronel no tiene quien le escriba, Profundo carmesí y La calle de la amargura, entre otras películas de culto, concluyó su exposición con un agradecimiento a todos los presentes: “Son ustedes los que hacen que los cineastas invisibles nos volvamos visibles un ratito”.