Los jóvenes que estudiaban para ser maestros rurales y luchaban en defensa de la educación pública y contra la represión se organizaban para participar en las manifestaciones conmemorativas de la matanza estudiantil de Tlatelolco (1968) en la ciudad de México.

La noche del 26 de septiembre de 2014, en la localidad de Iguala (Estado de Guerrero, México) las fuerzas represivas de la Policía Municipal atacaron a los estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos que se dirigían a Ayotzinapa.

El cruento ataque se convirtió en una de las jornadas más devastadoras de la historia reciente de México: ocasionó la muerte de tres estudiantes (uno de ellos, encontrado con signos de tortura), de un joven jugador de fútbol y del chofer del autobús que transportaba a ese equipo de fútbol, de una mujer que viajaba en un taxi y la desaparición de los 43 estudiantes normalistas.

Han pasado dos años desde entonces y miles de voces en México y en todo el mundo siguen clamando por verdad y justicia.

“Vivos se los llevaron, vivos los queremos”.

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